En busca de la popularidad perdida
El mandatario intenta contrarrestar en Europa el descontento que su política doméstica ha generado entre jóvenes y afroamericanos
MADRID. Actualizado: GuardarBarack Obama intenta encontrar estos días en Europa el baño de popularidad que ha perdido en EE UU. La última encuesta hecha pública ayer por la CNN revela que el presidente ha bajado ocho puntos en un mes debido a las revelaciones del programa de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), la incautación del registro telefónico de periodistas y el escándalo de la agencia recaudadora de impuestos, que escrutó con lupa a los conservadores del Tea Party.
Son solo los frentes más importantes con los que ha tenido que lidiar recientemente el presidente en el capítulo doméstico, pero lo más desalentador para sus colaboradores es que el bajón de popularidad se da sobre todo entre las bases más fieles (jóvenes y afroamericanos), así como entre los independientes.
Entre los menores de 30 años la caída ha sido de 17 puntos, sin duda por el impacto que supone saber que compañías como Facebook, Apple o Microsoft hayan sido obligadas a compartir con el Gobierno la información de sus usuarios. La mayoría de los estadounidenses sigue apoyando la necesidad de esos programas para prever nuevos ataques terroristas, pero el porcentaje disminuye entre los jóvenes.
Factura
Aún peor, seis de cada diez ciudadanos desaprueban la gestión de Obama. Es la primera vez desde que llegó a la Casa Blanca que la mayoría tiene una opinión negativa de él. El mandatario no está haciendo nada que no empezase su predecesor, pero se le está pasando una factura mayor. En 2006, cuando se hizo público el programa de escuchas telefónicas de George W. Bush, el porcentaje de descontentos subió al 52%, por debajo del 60% que ahora condena al actual presidente. Y el de quienes piensan que a pesar de todo es honesto ha caído del 58% al 49%.
El círculo de Obama ha pasado al contraataque. La organización fundada para heredar el movimiento de bases de su campaña electoral, Organizing For America, entró ayer en acción con una campaña multimillonaria de anuncios en televisión que recordarán el mayor logro de su presidencia, la reforma sanitaria, que entrará en vigor este otoño.
La expectativa de que el Congreso apruebe también la reforma migratoria antes del receso del 4 de julio le da munición con los hispanos, otro grupo que resultó clave para su victoria y que sigue fiel al presidente.