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Irán busca al nuevo Ahmadineyad

La división conservadora da esperanzas al reformismo en unas presidenciales a las que están llamados a votar 50 millones de personas

ESTAMBUL. Actualizado: Guardar
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Los 67.000 centros de voto de Irán abren sus puertas a las ocho de la mañana para elegir al undécimo presidente de la historia de la república islámica. 50 millones de ciudadanos con derecho a voto deberán optar por uno de los seis candidatos seleccionados entre una lista inicial de 686 aspirantes por el Consejo de Guardianes, órgano formado por doce religiosos y expertos en leyes islámicas, la mitad elegidos directamente por el Líder Supremo y la otra mitad por el Parlamento, que en 48 horas podría estar en disposición de ofrecer los resultados oficiales de la votación.

Si ninguno de los candidatos supera el 50%, los dos más votados pasarán a una segunda vuelta electoral que se celebrará dentro de una semana. Una opción probable debido a la falta de unidad entre los cinco ultraconsevadores que han sido incapaces de unirse en una sola candidatura, lo que da alguna esperanza también al único reformista en liza, el clérigo Hasán Rohani, exnegociador nuclear iraní entre 2003 y 2005 que además cuenta con el respaldo público de los expresidentes Jatami y Rafsanyani.

Pese a la poca emoción inicial entre el sector menos conservador, la campaña de Rohani, sus intervenciones en los tres debates televisados y mítines multitudinarios como el de su cierre de campaña en Mashad, al noreste del país, han reactivado una ilusión hundida tras los comicios de 2009 que terminaron con las mayores protestas de la historia de la república islámica. Millones de personas se echaron a las calles de las principales ciudades del país para denunciar el fraude a favor de Ahmadineyad, que esta vez no participa porque la ley impide una tercera reelección consecutiva, y los dos líderes de corriente reformista en los comicios, Mir Husein Musavi y Mehdi Kerrubi, permanecen desde entonces en arresto domiciliario.

Problema de visados

Junto a Rohani, de 65 años, la lucha electoral queda reducida a una pugna dentro del sector más duro del régimen. Los tres principales favoritos del ultraconservadurismo son Said Yalili, actual negociador nuclear y veterano de la guerra de Irak, en la que perdió una pierna; Ali Akbar Velayati, exministro de Exteriores durante 16 años (1981-1997) y asesor del Líder Supremo en política internacional; y Mohamad Bagher Qalibaf, alcalde de Teherán y hombre de la Guardia Revolucionaria muy popular gracias a su labor en la capital. Esta división ha sido censurada por el editorialista del diario ultraconservador Kayhan, Hosein Hariatmadari, para quien los candidatos «transforman el río de votos conservadores en una multitud de riachuelos». Un aviso a los aspirantes ya que esta es la voz del Líder en los medios oficiales.

«Rohani es una trampa, un cebo para acudir a las urnas y dar legimitidad al sistema en el que jóvenes y otros ilusos vuelven a picar. Pero la victoria final será de un hombre del Líder», explica desde Teherán un periodista local de un diario reformista que pide mantener el anonimato. Prensa local y, sobre todo internacional, están en el punto de mira de las autoridades. El ministerio de Cultura y Guía Islámica pidió a la inteligencia iraní «verificar minuciosamente» las 200 solicitudes de visado de 105 medios de comunicación extranjeros, según datos publicados por Reporteros Sin Fronteras, para evitar la llegada de «espías sionistas», a quienes se acusa de alentar las protestas de hace cuatro años.

Tras más de dos meses de gestiones este enviado especial no ha recibido el visado y por ello no estará presente en la primera vuelta electoral.

El 11 de febrero se anunció la caída del Sha, diez días después de que volviera al país el ayatolá Jomeini, símbolo de la oposición al régimen. El 1 de abril se proclamó la república islámica. El 2 de octubre de 1981 fue elegido presidente Alí Jamenei, que se convirtió en Guía Supremo a la muerte de Jomeini, en junio de 1989.