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España y Grecia son los países donde más aumenta la emigración a Europa
La OCDE alerta de que los trabajadores extranjeros son las principales víctimas de la escalada del paro
BRUSELAS / MADRID. Actualizado: GuardarLos estragos causados por la crisis económica y el colapso financiero en el mercado laboral han convertido a España y Grecia en los países europeos donde más ha crecido la salida de sus nacionales hacia otros estados de la Unión. Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) presentado ayer por el secretario general, Ángel Gurría, revela el contraste de esta movilización con años precedentes.
En 2011, España era todavía uno de los principales países de acogida, al acumular unas entradas de extranjeros respecto a su población solo superadas por Suiza, Noruega, Nueva Zelanda, Australia y Suecia. Pero la recesión acabó con las expectativas de foráneos y nativos. El número de españoles que han abandonado el país y emigrado a otros estados de la UE se ha duplicado desde 2007. Y el ritmo de aumento se acrecentó al pasar de 37.000 en 2009 a 57.000 en 2010 y 72.000 en 2011. De enero a septiembre de 2012, las salidas a este destino fueron 55.000.
El estudio de la OCDE concilia unos y otros datos al apuntar que las cifras de inmigrantes españoles incorporan los desplazamientos de «numerosos ciudadanos que acaban de ser nacionalizados». Se trataría, en este caso, de hispanoamericanos que, tras obtener la nacionalidad española y percibir la dureza del mercado laboral interior, con una tasa de desempleo del 27%, habrían abandonado el país en busca de oportunidades de trabajo en el resto del ámbito comunitario.
Junto a los aumentos del 45% que han experimentado entre 2009 y 2011 las salidas de Grecia y España, también se han dado porcentajes elevados en Italia, Islandia e Irlanda, aunque en los dos últimos países la tendencia se ha invertido a partir de 2010, en la medida en que ha ido mejorando su entorno económico. En el conjunto de los países del sur, la tasa de emigración lusa solo ha aumentado en una proporción del 25%.
Los destinos son bien conocidos. El pasado año, Alemania recibió 28.000 emigrantes españoles, un 50% más. La cifra de griegos se elevó a 34.000, lo que supuso un incremento del 73%. También fueron significativos los crecimientos en las entradas de portugueses e italianos (aumentos del 50% y del 35%, respectivamente). Reino Unido, Bélgica y Holanda también atrajeron notables contingentes de inmigrantes comunitarios.
El documento de la OCDE pone de manifiesto que una mayoría de los ciudadanos de países en crisis que se desplazan a otra economía de la Unión Europea en busca de trabajo no consigue satisfacer sus expectativas. Y cita el caso concreto de los españoles, al comentar que solo un tercio de los que emigran a Alemania logra establecerse allí, mientras los dos tercios restantes regresa antes de lo previsto.
«Los gobiernos tienen que hacer cuanto esté en su mano para mejorar las perspectivas de trabajo de los inmigrantes», instó Gurría en la presentación del informe en Bruselas, un acto en el que estuvo acompañado de los comisarios europeos de Empleo y Asuntos Sociales, Lazslo Andor, y de Interior, Cecilia Malmström. También asistió el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, que compartió con Gurría la inquietud por el paro juvenil.
Degradación
La OCDE constata en su análisis que la situación de los inmigrantes en el mercado de trabajo se ha degradado. En el conjunto de los países desarrollados, y en el periodo comprendido entre 2008 y 2012, la tasa de paro ha aumentado en este colectivo cinco puntos (desde el 8,1% al 12,9%), frente al incremento de tres puntos (del 5,4% al 8,7%) registrado entre los autóctonos. Y la cuota de inmigrantes en desempleo desde hace más de un año ha escalado del 31% al 44% del conjunto de parados entre 2008 y 2012.
Según la institución, incluso los países con dificultades financieras deben evitar la tentación de reducir en cuantía desproporcionada sus presupuestos de integración. Si necesariamente tienen que aplicar recortes, aconseja preservar las medidas más eficaces, como los cursos de enseñanza del idioma y la formación profesional. «Es importante seguir atrayendo a los trabajadores más cualificados, mientras se mantiene a los grupos de inmigrantes ya instalados», recomienda.
El informe de la OCDE considera poco importante, menos del 0,5% del PIB, el impacto de los inmigrantes en las finanzas públicas, frente al factor de riqueza que representan. Para disminuir el desempleo de este colectivo es esencial la lucha contra la discriminación, concluye, tras denunciar que se trata de un fenómeno «más extendido de lo que se piensa».