Barroso advierte de que las contradicciones dentro de la UE frenan la recuperación
El Constitucional alemán alienta especulaciones sobre una limitación de poderes del BCE para intervenir en los mercados de la eurozona
BRUSELAS. Actualizado: GuardarEl presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, cargó ayer contra los «mensajes contradictorios» que lanzan los distintos gobiernos y acaban «minando» la confianza en el bloque. Convencido de que estas diferencias tienen un impacto directo tanto en los mercados como en la economía real, el líder comunitario urgió a los socios a forjar un sólido consenso que contribuya a alentar la recuperación. Las críticas del mandatario luso coincidieron con la segunda jornada de vistas en el Tribunal Constitucional alemán sobre el programa de compra de deuda masiva del BCE. Las audiencias se han convertido en el símbolo más evidente de la división europea con el Bundesbank defendiendo públicamente la ilegalidad del plan que estabilizó la zona euro.
«Si no aunamos fuerzas, nos separarán». Barroso se expresó con esta contundencia durante una intervención en la Eurocámara concebida para preparar la cumbre de presidentes de finales de mes. El jefe de la Comisión insistió en que la «división» que acompaña a la UE desde el estallido de la crisis tiene efectos «contraproducentes». «Lo que necesitamos es la confianza de los mercados, los empresarios y, sobre todo, de nuestros ciudadanos», clamó en referencia a las posturas enfrentadas de distintas capitales. Angela Merkel y François Hollande acudirán a la cita comunitaria con una propuesta conjunta, pero sus fricciones resultan más que visibles. Incluso, se habla desde hace meses de una fractura Norte-Sur que dificulta mucho cualquier avance.
Barroso apostó por alcanzar un consenso básico con «pasos prácticos para resolver la crisis». A su juicio, este denominador común debería articularse en torno a tres ejes. El primero consistiría en transformar definitivamente la estrategia de austeridad a ultranza en un modelo de rigurosidad más adaptado a la «situación» de cada país. A continuación, los socios tendrían que disipar cualquier duda sobre la necesidad de «intensificar» las reformas estructurales en aspectos tan sensibles como las pensiones o el mercado laboral. El último pilar pasaría por activar medidas concretas para lograr resultados a corto plazo en la lucha contra el desempleo.
El mandatario luso avanzó algunas propuestas que podrían ofrecer resultados inmediatos. Según detalló, la Comisión trabaja en distintas alternativas para adelantar al año próximo el grueso de los 6.000 millones habilitados para programas destinados a reducir el paro juvenil. En principio, este dinero estaba previsto que se desembolsara durante toda la vigencia del Presupuesto de la UE 2014-2020. En cuanto a la falta de crédito para las pymes, explicó que se plantean avalar préstamos con distintos fondos comunitarios y del Banco Europeo de Inversiones. Estas garantías, que ayudarían especialmente a España e Italia, solo se activarían para los bancos que se comprometan a ofrecer financiación.
Compra de deuda
Mientras Barroso se esforzaba por marcar un rumbo común a la UE, la diferencia de criterios volvía a trascender públicamente en una vista del Constitucional germano. El alto tribunal, que ya ha analizado otros acuerdos comunitarios para evitar la implosión del euro, examina ahora una denuncia contra el programa de compra masiva de deuda del BCE. Aunque no llegó a utilizarse, esta medida salvó a España del rescate integral el verano pasado y sentó las bases para que la calma volviera a los mercados. Ayer testificaron ante los jueces algunos de los economistas más reputados del país y, en algunos casos, certificaron su oposición al plan por los peligros implícitos que conlleva para los contribuyentes.
«¿Estamos ante una estrategia con sentido sobre la que reflexionar o por el contrario es necesario más margen de maniobra?», interrogó el presidente del Constitucional, Andreas Vosskuhle, en un momento de la vista. Su pregunta dio pie a especulaciones sobre si apostaría por limitar los poderes del BCE, una decisión que desataría un pulso sin precedentes en la zona euro. Muchos países ven la cuestión a la inversa y consideran que el banco central debería asemejarse a la Reserva Federal, un mandato que le permitiría combatir el desempleo. Tras escuchar los distintos argumentos, los magistrados iniciaron el periodo de deliberaciones. Con toda probabilidad, el veredicto no se conocerá hasta después de las elecciones alemanas del próximo 22 de septiembre.
Pese a la incertidumbre sembrada por el Constitucional germano, las Bolsas vivieron una jornada más tranquila tras el sobresalto del martes. Las grandes plazas europeas cerraron con bajadas con el índice de Milán a la cabeza (-1,61%). Apoyado en las cuentas de Inditex, el Ibex-35 logró mantenerse en positivo al subir el 0,43%. La prima de riesgo cedió algo de tensión, pero acabó en 303 puntos, uno de los valores más altos de los últimos meses.