La década pérdida de la ciencia
Denuncian la eliminación de «generaciones» enteras de investigadores por los recortes
MADRID. Actualizado: GuardarLos recortes no dejan títere con cabeza. No hay parcela que se libre y la ciencia no es una excepción. Tras un recorte de aproximadamente 340 millones de euros en las subvenciones estatales al I+D+i, la fuga de cerebros era previsible e inevitable a partes iguales. Ahora España es un país con una tasa de paro juvenil del 53,2% que ve cómo los jóvenes con más talento hacen las maletas en busca de una oportunidad que aquí se les niega y en el extranjero se les facilita.
«La sangría continúa. Es una hemorragia que no sabemos cómo contener», apuntó José Manuel Fernández, miembro de la Carta por la Ciencia, colectivo que reúne a sociedades, organizaciones científicas, sindicatos y representantes de las universidades. Un año después de la primera movilización por la ciencia, el colectivo denunció que la situación ha empeorado: el sistema de investigación «se encuentra ahora mismo al nivel de hace doce años». Además, señaló que el éxodo de profesionales está llevando a España a perder «varias generaciones de investigadores» lo que, a su juicio, «no se recuperará hasta dentro de una década».
Al vertiginoso ritmo del acelerador de partículas se está perdiendo a gran velocidad capital humano, tanto profesional como académico, y para toda España el número de plazas convocadas para los organismos públicos de investigación apenas roza la quincena. «Estamos regalando recursos», lamentó Fernández, quien hizo un llamamiento a la sociedad para sumarse a las movilizaciones previstas por el colectivo para este viernes. En Madrid, la marcha terminará ante el Ministerio de Educación en donde se entregará una nueva carta y las más de 35.000 firmas de apoyo conseguidas.
En la misiva destaca la petición de «coherencia» al Ejecutivo en la política de recursos humanos para atraer y retener talento en España. Además, piden la creación de la Agencia Estatal de Investigación; inversiones para cumplir el compromiso del 2% del PIB para I+D+i en 2013-2016; un Pacto de Estado por la ciencia; la eliminación de la restricción del 10% de reposición de empleo público en todo el sector de la I+D; el mantenimiento de una inversión pública en ciencia básica y la transferencia de fondos a centros y grupos con proyectos aprobados, entre otras demandas.
Desde 2009, la financiación pública al I+D español ha caído alrededor de un 40% con una dotación prevista en 2013 de 5.932 millones de euros, un 0,5% del PIB nacional. El Plan de Reformas de la Unión Europea, que inicialmente proyectaba que la inversión en ciencia alcanzase el 3% del Producto Interior Bruto en el año 2020, redujo este objetivo al 2%, todavía cuatro veces por encima de la asignación actual de España.
Dotación económica
El ministro de Economía, Luis de Guindos, anunció recientemente la aprobación -previo paso por el Consejo de Ministros- de una dotación para I+D+i que, según fuentes de la Secretaría de Estado de I+D, sumará una cifra total de 104 millones. Parte de esta cantidad servirá para responder parcialmente a la llamada del Centro Superior de Investigación Científica (CSIC), que en abril pidió al Gobierno cien millones de euros, como anticipo de la aportación pública a la institución para evitar el colapso de su situación financiera.
Esta es una cantidad «insuficiente» para el representante de CC OO en el organismo, Emilio Criado, que explicó que en 2012 el CSIC perdió 1.200 trabajadores como consecuencia de la crisis y la estimación es que para este año dejen la institución un número similar. Plazas que apenas se están reponiendo. Tan solo «el l o el 2%» de las mismas, tal y como confirmó el presidente de la Confederación de Sociedades Científicas de España (Cosce), Carlos Andradas, quien avanzó que «no ha habido contratos nuevos y los de estabilización se están haciendo con cuentagotas, mientras los fondos de las nuevas convocatorias siguen sin llegar».
Un panorama «desolador» el de la ciencia, que no solo mata ratones, sino ilusiones, proyectos de futuro y brillantes carreras que se verán truncadas por «la incompetencia de los políticos», critican.