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Mas promete agotar la legislatura con consulta o sin ella
El 'president' rechaza la declaración unilateral de independencia y abre la puerta a un referéndum bajo el paraguas de unas elecciones plebiscitarias
BARCELONA. Actualizado: GuardarManiatado por las estrecheces financieras y acorralado por las encuestas, que por primera vez vaticinan una victoria de Esquerra Republicana por delante de CiU en unas autonómicas, Artur Mas trató ayer de recuperar la iniciativa política e intentó combatir la imagen de un Gobierno paralizado que solo trabaja en la convocatoria de la consulta soberanista. Y lo hizo con un compromiso expreso de agotar la legislatura, tanto si el año que viene se celebra el referéndum de autodeterminación como si se pospone para 2016. Eso sí, invitó a Esquerra y al PSC a entrar en su Gobierno para ganar la estabilidad.
Presentarse como el jefe de un Ejecutivo con «vocación de permanencia» hubiera sonado algo evidente en cualquier otro contexto, teniendo en cuenta que la legislatura acaba de empezar y que quedan tres años y medio por delante. Pero tras los resultados electorales del 25 de noviembre, que dejaron a CiU a merced de Esquerra, las circunstancias han cambiado y Mas se vio obligado a atajar las especulaciones sobre otro mandato de dos años. «Solo una cosa podría alterar el calendario de la legislatura: la pérdida de apoyos estables», afirmó en claro mensaje a sus socios de Esquerra.
Lo que no explicó es cómo se las ingeniará para agotar la legislatura si el próximo año no es capaz de convocar la consulta sobre la independencia. Y es que casi la única condición que puso Esquerra para dar su apoyo a Mas fue que CiU prometiera por escrito celebrar el referéndum en 2014. De hecho, el partido liderado por Oriol Junqueras respondió ayer a la oferta de entrar a el Gobierno que lo hará cuando haya fecha concreta para la consulta.
Ganar tiempo
Mas, en cualquier caso, trata de ganar tiempo. La hoja de ruta que suscribieron CiU y ERC incluía una cláusula que contemplaba la posibilidad de posponer el referéndum y Mas no dudó en sacar este extremo a colación. Solo si los dos partidos estuvieran de acuerdo podría aplicarse la prórroga, lo que permitiría a Mas llegar a 2016 sin los deberes de la consulta hechos.
«Independientemente de la consulta, hay unos objetivos claros que queremos trazar», insistió. Mas enmarcó el nuevo plan de gobierno para los próximos cuatro años en torno a siete ejes: recuperación económica, cohesión social, derecho a decidir, estabilidad financiera, transparencia de la administración, desarrollo sostenible y proyección exterior. Un paquete que contempla más de 200 medidas ejecutivas. Entre otras, la creación de una administración tributaria catalana, un banco público, avanzar en una justicia propia y una especie de Seguridad Social.
Fueron los guiños hacia ERC, que recibió más de un disgusto de boca del presidente. Frenó las prisas de los que le piden una declaración unilateral de independencia porque ese no es el camino, y rebajó el alcance de la consulta, que insistió en que no será vinculante. Además, abrió la puerta a que el referéndum se celebre disfrazado de elecciones plebiscitarias y rechazó la petición de Esquerra de que haga ya una petición formal a Mariano Rajoy para que dé su autorización a convocar la consulta. Lo que sí reclamó al Gobierno central fue «voluntad política» para que Cataluña pueda celebrar una consulta para la que ya «existen los marcos legales».