La política de estímulos económicos da alas a Japón
SHANGHÁI. Actualizado: GuardarCuando hace un mes se hizo público el dato del crecimiento económico del primer trimestre del año, los japoneses lo celebraron por todo lo alto. Y se quedaron cortos. Porque a la anunciada expansión del 3,5%, que dejaba atrás dos décadas de estancamiento y recesión, le faltaban nada menos que seis décimas para reflejar la boyante realidad de un país que ha dado la espalda a la austeridad que arrasa Europa. Sí, ayer Tokio certificó que los ingentes planes de estímulo han llevado al país del Sol Naciente a crecer un 4,1% entre enero y marzo frente al mismo período del 2012. El Gobierno también revisó al alza en una décima -hasta el 1%- el incremento intertrimestral del PIB.
Estas cifras suponen un gran espaldarazo para la política económica del primer ministro Shinzo Abe -conocida ya como Abenomía-, que apuesta por una intervención del Estado no para recortar sino para impulsar el crecimiento. En enero, Abe anunció inversiones por valor de 80.000 millones de euros para crear 600.000 empleos y sumar un 2% al crecimiento del archipiélago. No contento con eso, en abril, el Banco de Japón sumó un plan masivo con el que prevé inyectar más de un billón de euros en la economía durante los dos próximos años. Gurús como George Soros calificaron las medidas de choque como «muy peligrosas», pero, aunque todavía está por certificar su valía, ya han servido de inspiración para otros países que dejan atrás la crisis.
Corea del Sur ha inyectado este año 12.000 millones de euros, y en el primer trimestre creció un 0,9%. Con la inyección de capital público, Seúl espera sumar tres décimas la expansión anual -prevista en un 2,3%-, crear 40.000 empleos y contrarrestar la fortaleza del won, que lastra las exportaciones.
Buenas noticias para el mercado. Ayer, el principal índice de la Bolsa japonesa, el Nikkei, se disparó un 4,94%. Por si fuese poco, también se dio a conocer otro dato esperanzador para la economía nipona: el superávit por cuenta corriente alcanzó en abril casi 6.000 millones de euros, el doble que el año anterior. No obstante, el yen volvió a apreciarse frente al dólar y el euro.