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Los diques de Budapest afrontan una crecida histórica del Danubio
Las graves inundaciones que afectan a seis países del este de Europa obligan a evacuar a decenas de miles de personas en Alemania
BUDAPEST / BERLÍN. Actualizado: Guardar«Tenemos dos días muy importantes por delante», declaró ayer el primer ministro húngaro, Viktor Orban, después de que el Danubio arrojara un registro récord a su paso por Budapest. La crecida del río alcanzó a media tarde 8,90 metros, cinco centímetros menos del máximo previsto por las autoridades hidrológicas y 40 centímetros por debajo del nivel considerado peligroso para la capital. El problema es que el descenso del agua será lento, durará entre siete y ocho días, lo que pondrá a prueba la fortaleza del sistema de diques.
Las inundaciones que en la última semana causaron una docena de víctimas mortales y forzaron a evacuar a decenas de miles de personas en Alemania, Austria, Eslovaquia, Polonia y República Checa, consecuencia de intensas y continuadas lluvias, alcanzaron Hungría el viernes. Personal de defensa civil y voluntarios trabajaron sin descanso en el oeste y el noroeste del país, donde el sábado se superaron anteriores registros máximos de crecida del Danubio. Unas mil personas tuvieron que dejar sus casas y algunas localidades aisladas reciben provisiones por barco.
Las autoridades de Budapest creían ayer conjurado el riesgo de desbordamiento en la ciudad, aunque el alcalde, István Tarlos, recordó que los diques de contención deberán «aguantar» al menos hasta el miércoles, cuando se espera que el caudal comience a descender ya de manera significativa.
Por su parte, la crecida de otro río, el Elba, está provocando en Alemania las peores inundaciones de los últimos diez años. En Magdeburgo y otras ciudades del este del país, el nivel de las aguas obligó a evacuar a decenas de miles de personas, mientras en el norte se reforzaban las defensas contrarreloj. La situación de emergencia de días pasados se ha ido trasladando río arriba. Mientras en las regiones del sur los equipos de emergencia y los vecinos limpian y evalúan los daños, en las del norte se preparan para la inundación. Unos 50.000 residentes tuvieron que abandonar sus casas, en ocasiones de manera forzosa, en Magdeburgo y Bitterfeld.