Ciudadanos kurdos se manifiestan en Estambul con imágenes de familiares muertos en combates entre el Ejército y la guerrilla del PKK. :: REUTERS
MUNDO

Estambul redobla el desafío a Erdogan

El partido del primer ministro, en el que empieza a asomar la descoordinación, afronta otra protesta masiva esta tarde

ESTAMBUL. Actualizado: Guardar
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Taksim y el parque Gezi se preparan para una manifestación masiva esta tarde. Los diferentes partidos y colectivos agrupados bajo el paraguas de la 'Plataforma de Solidaridad de Taksim', que desde hace más de una semana ocupan el corazón de Estambul, pretenden realizar una nueva exhibición de fuerza ante unas autoridades que empiezan a dar muestras de flexibilidad y falta de coordinación.

Tan solo 24 horas después de que Recep Tayyip Erdogan afirmara que el proyecto de construcción del centro comercial en el parque Gezi seguía adelante, el alcalde de Estambul, Kadir Topbas, lo negó y aseguró que solo se levantaría «una réplica de un campamento militar de la época otomana».

Esta es la segunda parte del macroproyecto que las autoridades tenían para la última zona verde del centro de la ciudad y cuya ejecución detonó las protestas contra el Gobierno. Topbas, miembro del Partido Justicia y Desarrollo (AKP) de Erdogan, se refirió a esta nueva construcción como «un museo y centro de exhibiciones», que se hará «de forma consensuada», y se comprometió a «aumentar el número de árboles» en la zona.

El fin de semana se vive en Estambul como dos jornadas de tregua por parte de las autoridades. Los diarios 'Radikal' y 'Milliyet' informaron de que los responsables de seguridad no intervendrían en las protestas durante el sábado y el domingo, y decidirían el lunes los pasos a seguir. Esto fue interpretado por los manifestantes como una especie de ultimátum de 48 horas antes de la vuelta de la Policía para acabar con una protesta que mantiene cerrado el centro de la ciudad. El Gobernador de Estambul, Huseyin Avni Amutlu, advirtió en Twitter de que «los avisos sobre una posible intervención en Gezi que circulan por la Red podrían provocar más violencia», pero no negó que tal intervención fuera a producirse.

Amutlu usó esta red social condenada por Erdogan, pero que se ha convertido en el soporte principal de comunicación entre unos manifestantes que no creen en los medios tradicionales.

El primer ministro convocó una reunión de emergencia a última hora de la tarde. El Gobierno quiere mover ficha para desbloquear una protesta que se ha extendido por todo el país y ha costado la vida a cuatro personas. «No pueden venir e intentar reabrir el tráfico por la fuerza. Taksim es ahora una zona de protesta y tendrán que negociar», asegura Erhan Kaplan, sindicalista y miembro del Partido Comunista desde hace 25 años.

Además de la zona de acampada en el parque, a las puertas de algunos de los hoteles más lujosos de la ciudad, todas las vías que llegan a este punto neurálgico están cortadas por barricadas y autobuses destrozados durante las batallas urbanas del fin de semana anterior. «Quieren buscar fisuras entre nosotros, pero no las encontrarán. Nadie hará nada por su cuenta, actuaremos unidos», apunta Kaplan, que luce una gorra con la fecha 1920, la de la fundación del partido en Turquía.

La solidaridad del fútbol

Junto a grupos políticos y colectivos sociales, en el parque Gezi hay miles de ciudadanos a título individual. Muchos estudiantes, como Arsel Acar, de 21 años, que por culpa de los exámenes no puede estar en la protesta todo el tiempo que desearía. «No quiero que los partidos monopolicen la protesta. Mi deseo es defender una Turquía secular, nada más», afirma Arsel. «Estamos grupos totalmente antagónicos, pero de momento nos une la lucha contra Erdogan. Ya llegará el momento de resolver nuestras diferencias», apunta este estudiante de Arquitectura.

Esta misma unión se produce desde el inicio de las movilizaciones entre los hinchas de los grandes equipos de fútbol de la ciudad. Junto a las marchas feministas de la mañana, los seguidores de Fenerbahçe, Galatasaray y Besiktas acudieron en masa por la tarde a Taksim y sus colores eclipsaron todos los demás. «Esto era inimaginable hace una semana. Antes nos matábamos por la calle y ahora marchamos juntos por el centro de Estambul en solidaridad con el parque Gezi, un milagro», comenta Fahri Boylu, seguidor del Fener de 28 años, que piensa que «las hinchadas de los equipos son capaces de mover a miles de personas sin dificultad».