El nuevo jefe de Gobierno paquistaní pide a EE UU que acabe con los drones
Nawaz Sharif denuncia en su discurso de investidura que los ataques con aviones teledirigidos «violan nuestra la soberanía»
ISLAMABAD. Actualizado: GuardarEn su primer discurso como nuevo primer ministro de Pakistán, el conservador Nawaz Sharif reclamó a Estados Unidos que ponga fin a sus ataques con aviones tripulados en la región, una práctica que ha matado a más de 2.000 personas en los últimos cinco años. «Va en contra de las leyes y es una violación de nuestra soberanía. Respetamos la de los demás y ellos deberían respetar la nuestra. Esta campaña debe acabar», advirtió tras ser elegido por tercera vez -y con amplia mayoría parlamentaria- como nuevo jefe de Gobierno.
Los ataques estadounidenses con drones se centran en las zonas tribales del noreste del país donde se refugian los rebeldes islamistas. Pese a que Washington defiende que los disparos son de gran precisión, lo cierto es que también se han cobrado vidas de civiles, lo que ha generado una profunda animadversión en la región contra todo lo relacionado con Estados Unidos. El propio Sharif condenó el pasado viernes el último ataque efectuado desde un avión teledirigido, que mató al número dos del Movimiento de los talibanes de Pakistán (TTP), Wali ur-Rehman.
Tras el ataque, el TTP -principal grupo islamista del país- declaró que retiraba su propuesta de negociaciones de paz con el Gobierno, conversaciones a las que Sharif ya se había mostrado dispuesto. Este grupo, que combate de forma incesante al Ejecutivo de Pakistán, al que acusa de doblegarse a los intereses estadounidenses, es el principal responsable de una ola de atentados -suicidas en su mayoría- que causaron 6.000 muertos en todos el país en los últimos seis años.
Pakistán es desde hace más de una década un aliado esencial de Estados Unidos en la «guerra contra el terrorismo» que se lleva a cabo en la región, y que incluye también al vecino Afganistán. Sin embargo, las relaciones entre los dos países son difíciles, ya que Washington acusa a menudo a Islamabad de llevar a cabo un doble juego con los rebeldes talibanes afganos. Por su lado, el Ejecutivo paquistaní critica la brutalidad, el unilateralismo y la ineficacia de la estrategia de Estados Unidos.
El 'caso Musharraf'
Con la votación de ayer en la Asamblea Nacional se inicia oficialmente el tercer mandato de Gobierno del líder del PML-N tras los dos períodos en los que fue primer ministro durante la década de los noventa.
En ambas ocasiones, Sharif tuvo que abandonar el cargo antes del fin de la legislatura, y en el segundo mandato su Gabinete fue depuesto por un golpe de Estado encabezado por el entonces jefe del Ejército, Pervez Musharraf, en 1999. Paradójicamente, el nuevo primer ministro tendrá que lidiar con la situación de Musharraf, que está en arresto domiciliario por varias causas abiertas tras su vuelta al país el pasado abril, pero que difícilmente pisará la cárcel por su condición de exmilitar.