MUNDO

El Constitucional egipcio ilegaliza la Cámara alta y la Asamblea Constituyente

El veredicto es un duro golpe para las bases institucionales de poder de los islamistas, pero carece de consecuencias prácticas inmediatas

EL CAIRO. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Egipto vuelve a quedarse en un limbo legal después de que ayer el Tribunal Constitucional del país, una de las instituciones que más quebraderos de cabeza está dando al Gobierno islamista encabezado por Mohamed Mursi, declarara que tanto el Consejo de la Shura -la Cámara alta del Parlamento- como la Asamblea Constituyente que redactó la Carta Magna fueron elegidos de forma inconstitucional.

El veredicto, que supone un duro golpe para las bases institucionales de poder de los islamistas, que dominan en un porcentaje arrollador la Shura y también eran mayoría en la Asamblea Constituyente, no parece, sin embargo, que vaya a tener consecuencias prácticas inmediatas. El Tribunal ha recomendado que la Cámara alta no se disuelva hasta que se haya elegido un nuevo Parlamento, para cuyas elecciones aún no hay fecha. El Constitucional no ha aclarado si la Shura puede seguir legislando mientras tanto, aunque la Presidencia se ha apresurado a asegurar que sí.

El argumento que esgrimió el Tribunal ayer es el mismo en que se basó para ordenar la disolución del Parlamento hace ahora un año. Según la corte, durante las elecciones a principios de 2002, los partidos presentaron candidatos para el tercio de los escaños que estaban reservados a independientes, ganando de esta forma más plazas de las que les correspondían.

En cuanto a la composición de la Asamblea Constituyente, se considera que es ilegal porque estuvo integrada por miembros de las dos cámaras del Parlamento. Por ahora no está claro qué consecuencias puede tener para la Constitución aprobada a finales del año pasado este veredicto. El referéndum sobre la Carta Magna, en el que participó apenas el 35% de la población, fue uno de los episodios más polémicos de la transición, y el que ha sembrado una mayor división en la sociedad egipcia entre los islamistas que apoyan a Mursi y la oposición laica. Una brecha que continúa hoy en día y que amenaza con volver a estallar el próximo 30 de junio, cuando grupos opositores han convocado manifestaciones masivas en el aniversario de la presidencia de Mursi.

Hastío electoral

Son muchos los analistas críticos que han advertido en el último año sobre el poder que ha adquirido el Consejo de la Shura. La Cámara alta, un órgano que en condiciones normales apenas tiene poder, fue elegida por tan solo un 7% del electorado, en parte debido al hastío electoral de los egipcios, pero también porque pocos otorgan importancia a este consejo. Los partidos islamistas, que sí movilizaron a sus simpatizantes, arrasaron en las elecciones a la Shura, y actualmente conforman más del 70% de los escaños.

Al disolverse el Parlamento, las funciones legislativas recayeron temporalmente en este órgano, pero el plazo se ha ido alargando. Aunque la Shura debería legislar solo en asuntos de emergencia, la oposición critica que también se han embarcado en la creación de leyes con componentes claramente ideológicos y en materias que no suponen una prioridad inmediata, como la reforma de la Justicia, un asunto de gran calado que no debería ser abordado por una cámara interina.