ALQUILER Y EMPATÍA

Ahora que se alquila el Ramón de Carranza y que muchos tendrán la suerte de poder disfrutar de un partido de fútbol sobre su verde césped, se me viene a la cabeza una idea, y es la de alquilar no sólo el césped y el palco, sino todas las instalaciones. Dicen que cada aficionado lleva dentro de sí un jugador, un entrenador, un presidente y si me apuran, hasta un periodista. Por lo tanto, tenemos la oportunidad única e irrepetible de ser un personaje cada día.

Alquilen el campo de fútbol para así poder sentir en primera persona qué siente un futbolista al entrar en el rectángulo de juego, comprobar como a pesar de jugar sin ritmo ni presión alguna fallaremos infinidad de pases y de goles y comprobar como a la media hora de juego, con 30 grados sobre el campo, se nos hace eterno el partido. Al día siguiente, alquilen el banquillo y póngase a dirigir el equipo e intente que siempre esté ordenado y siguiendo sus indicaciones, que no se le escape nada de las manos, ¿a que es difícil?

Ahora, busque once futbolistas para jugar contra otro equipo, y alquile el palco para seguir de primera mano el partido. Seguro que algunos de los que buscó para jugar le defrauda y en su interior se dice: «este no viene a jugar más conmigo». Y por último y para terminar de empatizar, monte un último partido y súbase hasta el final del graderío, allí, allí donde se colocan las cabinas y los pupitres para periodistas. Póngase cómodo, y empiece a retransmitir el partido. Qué difícil, ¿no? Pues ahora llegue a su casa y haga una crónica atractiva y real que llegue al espectador y sea fiel a la realidad de lo que ocurrió sobre el verde campo. Eso sí, juzgue a todo el mundo desde la objetividad, no se deje llevar por simpatía o afinidad y aguante la presión de los que no le gustaron sus críticas. En definitiva, alquilar para empatizar.