El presidente sirio se asegura el suministro de equipos antiaéreos
El apoyo ruso, iraní y de Hezbolá devuelve a El-Asad la percepción de favorito para conseguir la victoria frente a los rebeldes
Actualizado: GuardarTras 24 horas de rumores sobre la posible llegada a Siria del sistema antimisiles S-300, la prensa rusa, citando fuentes de la industria militar, reveló que Moscú aún no ha entregado el sofisticado equipamiento antiaéreo y que podría no hacerlo hasta el próximo otoño. Aunque no hubo posicionamiento oficial de las autoridades -el ayudante de Vladímir Putin, Yuri Ushakov, no respondió a las preguntas de los periodistas sobre esta cuestión-, Moscú zanjó a través de los medios el debate abierto tras la entrevista concedida por Bashar el-Asad al canal libanés Al-Manar en la que sugirió que parte del S-300 podría estar en el país árabe al confesar que «todos los acuerdos con Rusia se cumplirán y una parte ya se ha cumplido recientemente».
Para aliviar la espera, Rusia anunció que negocia con Damasco la venta de diez aviones de combate MiG 29MM2. «La delegación siria está estos días en Moscú y se están concretando los detalles del contrato», reveló a la agencia Interfax Serguéi Korotkov, director general del consorcio ruso que fabrica estos cazas de última generación.
Rusia anunció el martes a través del viceministro de Exteriores, Sergei Riabkov, el suministro de misiles antiaéreos a El-Asad con el objetivo de disuadir a algunos «cerebros calenturientos» de una intervención militar exterior en el país árabe. Fue una respuesta inmediata a la decisión de la Unión Europea de levantar el embargo de armas a Siria. Israel reaccionó de inmediato asegurando que no permitiría que estos equipos llegaran a estar operativos en Damasco, y ayer tanto Alemania como Estados Unidos pidieron a Rusia que detenga el suministro del S-300 por considerar que podría tener «un gran impacto negativo» en la situación, en palabras del secretario de Estado de EE UU, John Kerry, compartidas por el canciller alemán, Guido Westerwelle.
Disparos y gritos
El final de la entrevista de apenas media hora de duración emitida por Al-Manar, canal de la milicia Hezbolá, la noche del jueves fue celebrado en Damasco como una victoria por parte de las fuerzas del régimen. Los hombres de los puestos de control se mostraron exultantes y dispararon al aire.
El-Asad anunció la apertura del frente del Golán para combatir a Israel y declaró que su Ejército estaba ganando terreno; dos mensajes que calaron hondo después de meses de altibajos. El firme apoyo diplomático y militar de rusos, iraníes, iraquíes y de la milicia chií de Hezbolá ha devuelto a Bashar el-Asad una imagen de fuerza y muchos ciudadanos que dudaron de la supervivencia del régimen vuelven a verle como favorito para la victoria. Remesas de nuevas fotos con su rostro decoran de nuevo las paredes de la capital, se han pintado con los colores de la bandera nacional los muros de cemento que blindan los edificios sensibles que podrían ser objeto de atentados y los recuerdos con la imagen del presidente vuelven a unas tiendas que los habían retirado durante meses por miedo a represalias de la oposición armada.
«Aquí se apuesta a caballo ganador y ahora parece que el régimen recupera terreno, desde hace dos semanas los partidarios del presidente parecen convencidos de que la victoria está próxima», explica una periodista siria que trabaja para un medio internacional en Damasco.
La guerra y la diplomacia avanzan de forma paralela en las últimas semanas en Siria. El envío de armas rusas para El-Asad y el levantamiento del embargo a la venta de armas a la oposición por parte de la Unión Europea se producen al mismo tiempo que Moscú, Washington y Bruselas se esfuerzan para lograr sentar en la misma mesa a representantes del régimen de Damasco y de la oposición. Los primeros ya han confirmado su asistencia; los segundos siguen exigiendo condiciones previas como un calendario que fije la salida del presidente y el final del apoyo de Hezbolá al Ejército en la batalla de Qusair.
Los medios oficiales sirios informan de los avances de las tropas regulares que, con apoyo de Hezbolá, tal como admitió por primera vez El-Asad en su entrevista del jueves, tendrían cercado al enemigo en este bastión rebelde de la frontera libanesa. El sitio, sin embargo, habría fallado porque «unos 1.000 combatientes de toda Siria» lograron superarlo, según el líder interino de la opositora Coalición Nacional Siria, George Sabra.
Este refuerzo, que activistas consultados por la BBC admitieron, aunque señalaron que la cifra de recién llegados es inferior, de «unas docenas» de efectivos, llega pocos días después de que el propio Sabra realizara un llamamiento a los combatientes de todo el país a acudir en auxilio de un ciudad clave para la línea de suministro de la oposición armada en Siria.