La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, posa junto a unos niños que la visitaron en la Casa Rosada de Buenos Aires. :: AFP
MUNDO

La furia de Cristina cae sobre su partido

La presidenta argentina critica la falta de apoyo por parte de dirigentes de su formación como el gobernador de Buenos Aires

BUENOS AIRES. Actualizado: Guardar
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«Estoy cansada de que se hagan los idiotas o me tomen a mí por idiota», tronó ayer muy nerviosa la presidenta argentina Cristina Fernández en un acto en el que expresó su enojo con los dirigentes de su partido que se distancian de ella justo cuando arrecian las críticas y las dificultades en la marcha de su Gobierno. Sin duda aludía a Daniel Scioli, gobernador de la provincia de Buenos Aires, quien pese a seguir dentro del oficialismo mantiene una prudente distancia con el Gobierno nacional para evitar que la caída de popularidad de Cristina lo arrastre también a él.

«Siempre es más cómodo quedar bien con todos y no decir nada. Imagínense a este tipo de dirigentes frente a corporaciones, al Fondo Monetario, la reestructuración de la deuda. Olvídense», exhortó. Scioli, a apenas unos pasos, la escuchaba incómodo. «Cuando no hacés nada o no tocás los intereses de las corporaciones, no hablan de vos. A mí me llama mucho la atención que siempre haya dirigentes intocados», disparó ante el público que la aplaudía y coreaba cánticos de apoyo.

Con la inflación cada vez más difícil de controlar y las denuncias de corrupción que azotan a su entorno, la presidenta considera traidores a los menos beligerantes. Scioli, con muy buena imagen en los sondeos, es un maestro en el arte del equilibrio y Cristina desconfía de él, que ya expresó su deseo de sucederla.

Cambio de ministros

Las dificultades del Gobierno nacional se manifiestan en una pérdida de popularidad de la presidenta quien, pese a mantenerse como una de las dirigentes con mejor imagen, cayó del 43% al 35% en las últimas semanas, según la consultora Poliarquía. Ante ese declive, Fernández resolvió ayer cambiar a dos ministros. El de Defensa, Arturo Puriccelli, pasó a Seguridad, que estaba al mando de la ministra Nilda Garré trasladada ahora a la Organización de Estados Americanos. Por su parte, el jefe de la bancada oficialista de diputados, Agustín Rossi, jurará el lunes próximo como nuevo titular de Defensa. Poco antes de dar a conocer los cambios, Cristina Fernández de Kirchner encabezó un acto en el municipio de Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires. Allí elogió al alcalde y lo defendió de la presunta inoperancia del gobernador. «No es posible que las decisiones que deben tomarse en la provincia no se tomen y que eso recaiga sobre los municipios», dijo.

«Cuando tuvimos la desgracia de La Plata», recordó aludiendo a las inundaciones de abril, cuando murieron más de 60 personas, «no se me ocurrió hacerme la estúpida como hacen otros que nunca ponen la cara», exclamó.

Cristina reconoció que «no cae simpático» tomar algunas de las decisiones pero que las seguirá tomando. «Me voy a seguir haciendo cargo de los problemas del país, pese a que no me defiendan algunos dirigentes», prometió.