Fraude «orquestado» en las preferentes de Bankia
La Audiencia ve indicios de delito en su venta y ordena investigarla junto a la fusión de sus cajas y posterior salida a Bolsa
MADRID. Actualizado: GuardarLos responsables de las siete cajas de ahorros integradas en Bankia urdieron un plan conjunto y «continuado en el tiempo» para «aparentar frente al mercado una situación de solvencia irreal», del que resultaron víctimas propiciatorias «los más débiles»: clientes, ahorradores y pensionistas. De esta forma tan tajante justifica la Audiencia Nacional el inicio formal de un procedimiento penal contra aquellos por la venta presumiblemente fraudulenta de sus preferentes, unos productos financieros «complejos» que -según destaca- fueron «artificialmente valorados» para contribuir al engaño referido en aras a facilitar su fusión (diciembre de 2010) y también su posterior salida a Bolsa (julio de 2011).
Será el titular del Juzgado Central de Instrucción número 4, Fernando Andreu, quien tenga que incorporar esas pesquisas a la causa general contra los consejos de administración de Bankia y su matriz, el Banco Financiero de Ahorros (BFA), dado que la Sección Tercera de lo Penal entiende que el «súbito deterioro patrimonial» que investiga aquel no fue ni imprevisto ni repentino, «sino la consecuencia de una previa actuación conjunta para sobrevalorar» con varias estrategias (las preferentes eran una) «el valor de las cajas a fusionar». No obstante, tanto el Banco de España como la Comisión Nacional del Mercado de Valores quedan, por ahora, fuera del procedimiento.
Con una firmeza inusual para este tipo de resoluciones -la Sala tenía que decidir sobre el recurso de una pequeña empresa valenciana para personarse como acusación particular en el 'caso Bankia'-, los magistrados dan por sentado que las cajas que se fusionaron crearon, «aprovechando la falta de transparencia, un mercado interno ficticio» donde «manipularon de forma continua los precios de cotización». La consecuencia es que las preferentes que habían sido vendidas de forma «masiva» a pequeños ahorradores y clientes modestos -en 2009 se emitieron 13.553 millones de euros en estos productos en toda la banca española, un 5.500% más que en 2008- tornaron en productos de «nulo valor financiero».
La clave de todo, a juicio de la Audiencia, es que «ante la imposibilidad de acudir a los mercados financieros», las siete cajas planearon y ejecutaron su «recapitalización fraudulenta y meramente formal», pues eran «gravemente deficitarias de inicio». A juicio de la Sala, la recurrente, a la que Bankia obligó a suscribir preferentes para renovar una línea de crédito por valor de 100.000 euros, es solo «una más de los cientos de miles de perjudicados por las maniobras engañosas orquestadas desde la más alta dirección para la recapitalización de las entidades financieras a agrupar».