Economia

La contabilidad nacional certifica que la demanda interna sigue hundiéndose

La economía española ha reducido dos puntos su PIB en doce meses y ha destruido 761.000 puestos de trabajo a tiempo completo

MADRID. Actualizado: Guardar
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Los datos de la contabilidad nacional trimestral que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) certifican que la economía española sigue atrapada por el mal que la ha llevado a su actual parálisis: el hundimiento progresivo de la demanda nacional. Su degradación en el primer trimestre de 2013 es, en términos interanuales, incluso mayor que el trimestre anterior -al agrandar su caída del 4,7% al 4,9%- y afecta a sus dos grandes componentes, consumo e inversión. Pese al optimismo que el Gobierno intenta transmitir, apoyado en factores como el superávit comercial o la evolución del déficit por cuenta corriente, los números indican que en doce meses el PIB español ha encogido 2 puntos porcentuales. Y que el empleo, en términos de contabilidad nacional, desciende a un ritmo anual del 4,5%, intensidad superior en dos décimas a la del cierre de 2012 y que supone una reducción neta de 761.000 puestos de trabajo a tiempo completo.

De ahí que, mientras el Gobierno habla de cambio de tendencia a partir de su lectura de la evolución trimestral, la oposición y los sindicatos ven en la debacle anual una confirmación de los efectos destructivos de la política de austeridad a ultranza impuesta desde Bruselas y aplicada por el Ejecutivo.

El gasto en consumo final de los hogares -sacudidos por el paro y las estrecheces- ha caído un 3,9% en doce meses y el de las administraciones públicas un 4,3%. La inversión, por su parte, fue un 9% inferior a la del arranque de 2012. Recuperar la demanda nacional es vital para alcanzar el crecimiento económico pero los datos muestran que su repunte todavía está lejos.

«Punto de inflexión»

No obstante, los datos resisten, efectivamente, dos análisis distintos. En términos trimestrales la economía española registró un decrecimiento del 0,5%. Y ya son siete trimestres consecutivos de caídas.

Esta tasa -que en puridad y se mire por donde se mire también supone agrandar la caída del PIB- es menor que la registrada en el cuarto trimestre de 2012 (un descenso del 0,8%). Por eso el secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, sacó pecho y se atrevió a hablar ayer de «punto de inflexión» y a declarar que «esperamos que esta mejora continúe a lo largo del año para acabar en tasas de crecimiento en torno a cero e incluso positivas».

En términos trimestrales el gasto en consumo de los hogares, que llegó a caer un 1,9% en el cuarto trimestre del año pasado, descendió un 0,4% adicional. La inversión, que caía al 3,9%, registró un menor retroceso, del 1,1%. El Ejecutivo ve en esa moderación una señal positiva, pero los expertos oponen a su optimismo el argumento de que más abajo del suelo ya no se puede caer.

O sí, porque el consumo de las administraciones públicas intensificó casi un punto su ritmo de descenso trimestral, hasta el 1,2%, debido a la reducción de compras de bienes y servicios. Las exportaciones dieron una alegría en la cuenta interanual, al avanzar un 4,5%, pero cayeron un 1,3% en términos trimestrales.