Tribuna

Legitimidad sin oportunidad

El rechazo del TSJA a los recursos de los trabajadores de UGT contra el ERE que sufren respalda únicamente la corrección legal de la medida, nunca la ética ni la política

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Los jueces nunca se equivocan. Ni los tribunales, ni los árbitros en el deporte. Ni siquiera yerran cuando lo hacen. Hay que respetar su criterio como el único válido porque en esa confianza tiene el sistema que nos hemos dado un pilar básico, que provocaría un derrumbe si se quiebra.

El respeto a las decisiones judiciales es una necesidad colectiva de apoyo a nuestra democracia y a su deseable división de poderes. Cuando uno disculpa al juez, en el hipotético caso de que le crea equivocado, está protegiendo al conjunto, ya sea una sociedad, una comunidad, un deporte.

Esta norma fundamental es la que debe presidir, de forma obvia, cualquier impresión sobre el dictamen del TSJA respecto al recurso contra el ERE que sufren los trabajadores del sindicato UGT. Si los responsables del alto tribunal andaluz han resuelto que el expediente es correcto, que se ajusta a las normas y que puede ser aplicado, nada más que decir. Es correcto y, si no prospera recurso, será la última palabra, la real y definitiva.

Pero esa certeza puede convivir con opiniones sobre la oportunidad política, sobre el contenido ético, del proceso puesto en marcha. Más allá de su contenido técnico, los afiliados, los ciudadanos, tienen derecho a declararse sorprendidos por la aplicación de una normativa, la contemplada en la última reforma laboral, que ese sindicato ha denunciado, criticado y demonizado hasta con huelgas generales. Incluso, cabe dudar si ese legítimo ERE pudo aplicarse en otro momento, si los dirigentes sindicales han sido sensatos, sensibles, a la hora de realizar determinados gastos (también legales) justo cuando decidían aprobar, impulsar, el despido de sus propios compañeros con el argumento de la falta de fondos.