ESPAÑA

Urdangarin pone contra las cuerdas a Barberá y Camps

El duque confesó casi sin darse cuenta que fue la alcaldesa la que dio «luz verde» a los Valencia Summits

MADRID. Actualizado: Guardar
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El viernes, el juez del 'caso Nóos' pidió a las Cortes Valencianas que certifiquen que Rita Barberá y Francisco Camps son aforados. Es el último paso antes de reclamar al Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) que impute a ambos por prevaricación y malversación por haber adjudicado, supuestamente a dedo, al Instituto Nóos los tres Valencia Summits por valor de más de 3 millones de euros.

Así, el magistrado José Castro desveló finalmente sus cartas, pero la decisión de actuar contra los dos responsables valencianos la había tomado el 26 de febrero de 2012. Ese día, el yerno del Rey marcó la suerte procesal de Camps y, sobre todo, de Barberá. Fue Iñaki Urdangarin el que puso al juez por primera vez sobre la pista de los dos responsables valencianos, cuyos nombres hasta entonces no habían aparecido en todo el sumario.

En aquel maratoniano interrogatorio, las palabras del duque pasaron casi desapercibidas. Urdangarin, sin darse cuenta del alcance de sus declaraciones, respondía a las preguntas del fiscal sobre la posibilidad de que la adjudicación del primer Valencia Summits, el del 2004, hubiera podido ser pactada incluso antes de firmar el convenio.

Las actas del interrogatorio, con el reconocimiento implícito de que hubo un amaño previo, son ya prueba de cargo contra la alcaldesa: «(Urdangarin dice) que es posible que el convenio tenga fecha posterior a aquella en la que las autoridades valencianas le dieron luz verde al proyecto. Que fue Rita Barberá la que le dio al declarante luz verde al proyecto. Y preguntado si no lo hizo el señor Camps dice que cree recordar que la alcaldesa previamente había tratado con Camps que la Generalitat se involucrara en el proyecto».

También entonces el marido de la infanta admitió sin ambages que el Instituto Nóos «estaba trabajando para el Valencia Summit con anterioridad a su suscripción». El propio Urdangarin admitió que el encuentro con Barberá tuvo lugar a inicios de 2004 y que ella brindó una «acogida favorable» a sus ideas.

En su segunda declaración en Palma, el 23 de febrero de 2013, el duque, consciente de que su anterior interrogatorio había puesto en aprietos a las dos políticos, se limitó a confirmar sus reuniones con ambos. «¿Le presentaron (el proyecto) a alguien en la Generalitat? ¿Con quién se reunieron?», le preguntó el fiscal. «Con el presidente Camps», respondió el imputado. «¿Le presentó a Rita Barberá el proyecto Valencia Summit?». «Sí», fue su respuesta. «¿En las reuniones se concretó algo?». «Se concretó la creación de un Valencia Summit, entiendo», apuntó Urdangarin, que luego admitió a regañadientes que Nóos comenzó a trabajar con el visto bueno «verbal» de los responsables valencianos.

«Clima positivo»

Las declaraciones de Urdangarin no son las únicas pruebas contra Barberá y Camps. Diego Torres ha aportado esta misma semana varios documentos para tratar de demostrar que ese «visto bueno» de los dos mandatarios a los Valencia Summits se produjo en una reunión entre los cuatro en el Palacio de Zarzuela. Incluso fija la fecha: el 29 de enero de 2004. Aquel día, la alcaldesa y el expresidente se encontraban en Madrid, participando en Fitur. Camps siempre ha negado ese encuentro. Barberá nunca lo ha desmentido.

Pero hay otra prueba en la que, de nuevo, Urdangarin implica a la alcaldesa. Es una carta escrita por el duque con membrete de Noos y dirigida a Barberá fechada el 16 de enero de 2004, solo semanas antes del supuesto encuentro en Zarzuela. En ese documento el yerno del Rey agradece a la primera edil el «clima positivo» y su «inestimable aportación» en una comida que mantuvieron el 12 de enero y en la que supuestamente se habló de la colaboración para la Copa América. En esa misma misiva, Urdangarin emplazó a Barberá a «concretar aspectos de agenda» para lo que se intuye es otro encuentro entre ambos.

Desde que Urdangarin la señalara, Rita Barberá ha venido insistiendo que ella no «firmó» nada ni «dio a dedo nada al Instituto Nóos».

Ahora serán los jueces valencianos los que decidan si el duque mintió cuando aseguró que fue la alcaldesa la que dio el «visto bueno» a los convenios. La posibilidad de que Urdangarin pueda compartir banquillo de los acusados con Camps y Barberá en su segundo juicio ha dejado de ser una idea disparatada.

Ayer, la alcaldesa dio por hecho que jamás será condenada e inhabilitada y prometió presentarse y ganar las próximas elecciones municipales de 2015.