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La oleada de disturbios se repite en Estocolmo por cuarta noche consecutiva

La violencia callejera llega a la ciudad sureña de Malmö mientras el Gobierno sueco sostiene que los choques han rebajado su intensidad

COPENHAGUE. Actualizado: Guardar
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La mecha de la violencia volvió a arder en las calles de Estocolmo por cuarta noche consecutiva. Vehículos y comercios incendiados, enfrentamientos entre grupos de jóvenes y la Policía y el asalto a una comisaría daban cuenta ayer de la propagación de unos disturbios que ya se han dejado sentir en unos quince barrios de la capital sueca. El peor estallido social que se registra en años en el país escandinavo a causa de la indignación de inmigrantes que dicen sentirse discriminados ha tomado raíces también en la ciudad sureña de Malmö, la tercera más poblada.

Pese a que los disturbios se han ampliado en los últimos días a más suburbios del área metropolitana de Estocolmo -que acoge a algo más de dos millones de habitantes-, el Gobierno apunta a un descenso progresivo en la intensidad de los incidentes, que no han causado heridos de gravedad. No obstante, durante los últimos choques, las autoridades se vieron obligadas a cerrar temporalmente una línea de metro y autobuses y a causa de las pedradas lanzadas a los agentes, uno de ellos fue alcanzado en la cabeza y tuvo que permanecer varias horas hospitalizado.

En Malmo, por su parte, varios coches fueron incendiados, si bien no se ha probado la vinculación con los incidentes de Estocolmo. Aun así, en el multicultural barrio de Rosengard de esta localidad, se produjo hace cuatro años la última oleada de enfrentamientos.

La violencia ha estallado en esta ocasión en la capital sueca a raíz de que un inmigrante con problemas psíquicos muriera el 13 de mayo por disparos de la Policía en su apartamento en el distrito de Husby. Los agentes dijeron haber actuado en defensa propia al ser amenazados supuestamente con un hacha, aunque la actuación irregular de las fuerzas del orden provocó protestas de los vecinos y la apertura de una investigación. A diferencia de días anteriores, ayer reinaba la calma en Husby, donde grupos de vecinos patrullaron durante toda la noche para evitar nuevos altercados.