Economia

La UE compartirá datos bancarios para que tributen las grandes fortunas

La nueva normativa española aflora 87.000 millones en propiedades y cuentas en el extranjero ante el riesgo de fuertes sanciones

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La UE levantó ayer la bandera de la lucha contra la evasión fiscal en un intento por extender a todas las capas sociales los esfuerzos por sanear las finanzas públicas. Los Veintisiete acordaron meter la directa con un ambicioso paquete de medidas que engloba desde el intercambio automático de datos bancarios hasta la estrecha vigilancia de las grandes corporaciones que recurren a la ingeniería financiera. Los resultados concretos del encuentro tardarán en materializarse, pero Austria y Luxemburgo se comprometieron a colaborar con sus socios para que las grandes fortunas no esquiven el pago de impuestos. Ambos países son los dos últimos miembros de la Unión con el secreto bancario en vigor.

«Si queremos incitar a los ciudadanos a que sean honestos con sus impuestos, es importante que persigamos el fraude», resumió Angela Merkel al inicio de la cumbre en Bruselas. El espíritu de estas palabras quedó plasmado en la declaración final de una cita que apenas duró cuatro horas, todo un éxito teniendo en cuenta los maratonianos encuentros provocados por la crisis del euro. El documento insiste en que los países deben volcarse en la lucha contra la evasión para «proteger sus ingresos y reforzar la confianza ciudadana en la justicia y la eficacia de los sistemas tributarios». El presidente de la Unión, Herman Van Rompuy, agregó que el bloque debe erradicar las «prácticas inaceptables» en un momento de tantos sacrificios para familias y empresas.

Las medidas acordadas por los Veintisiete pivotan esencialmente sobre dos ejes: el secreto bancario y las maniobras de las multinacionales para esquivar al fisco. En el primer ámbito, Luxemburgo y Austria sintieron toda la presión de sus socios. Los dos países guardan celosamente los datos de los extranjeros con cuentas en sus bancos, una garantía de seguridad que les permite atraer miles de millones en depósitos. Se calcula que las entidades austriacas atesoran 35.000 millones de clientes europeos, cantidad que se dispara hasta los 53.000 si se contabilizan las inversiones extracomunitarias. El Gran Ducado luxemburgués, plaza financiera europea desde hace 150 años, acoge un sector potentísimo que supera en más de 20 veces el tamaño de su economía.

Ante la presión del resto de los Veintisiete, Luxemburgo y Austria aceptaron introducir cambios sustanciales en sus legislaciones.

Negociación con Suiza

La condición, sin embargo, es que Suiza adopte medidas similares para que los depósitos no se desplacen de inmediato al país helvético. La UE ha iniciado negociaciones con Berna y confía en que pueda cerrarse un acuerdo antes de fin de año. Este pacto posibilitaría un intercambio fluido de información entre todos los socios, proceso que ya han empezado a explorar los grandes países del bloque. Hasta ahora, los gobiernos con secreto bancario solo proporcionan datos si se solicitan expresamente y ante la sospecha de que se haya cometido un delito.

Mariano Rajoy subrayó al final de la cumbre su «compromiso total» en el combate contra el fraude. El presidente aprovechó para hacer balance de los requerimientos introducidos el año pasado para prevenir la evasión en el extranjero. En virtud de estas exigencias, los residentes fiscales en España deben declarar las cuentas, acciones y bienes inmobiliarios situados fuera del país que superen los 50.000 euros. Rajoy detalló que esta reglamentación más estricta y apoyada en «fuertes sanciones» ha permitido que afloren 87.000 millones, el equivalente al 9% del PIB nacional. Esta cantidad, que pertenece a casi 130.000 personas, se ha utilizado para revisar las obligaciones tributarias de los titulares.

Los Veintisiete también acordaron reforzar el cerco fiscal para que las grandes corporaciones no saquen partido de los resquicios legales. El primer ministro británico, David Cameron, hizo especial hincapié en la cuestión y reclamó una mayor cooperación internacional. «Creo en los impuestos bajos para las empresas, pero tenemos que garantizar que se paguen», remarcó. En los últimos meses, firmas como Google y Amazon han acaparado fuertes críticas por sus agresivas estrategias para minimizar sus cargas impositivas. Esta semana, Apple se ha visto en una situación idéntica. Según una investigación del Senado norteamericano, el gigante tecnológico apenas tributó un 2% por beneficios cercanos a los 57.000 millones gestionados desde su sede en Irlanda.