Sierra

El Waka-waka de Arcos no abrirá este verano al no contar con licencia

Los propietarios acatan la decisión pero lamentan que «se mande a 30 personas al paro» y que «no se mire a todos los empresarios por igual»

ARCOS. Actualizado: Guardar
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La instalación de ocio juvenil y fiesta referencia en la comarca de la Sierra de Cádiz no abrirá sus puertas este verano, después de estar funcionando, de una u otra forma, desde 1996. El Ayuntamiento de Arcos, a través del técnico municipal de aperturas, ha comunicado a los dos socios de Waka-waka, una terraza ubicada a los pies del lago de Arcos, que este año no podrán montar el chiringuito al no estar permitido este tipo de negocios en esta zona de la localidad, ya que se encuentra en cuenca visual del Lago. Esta decisión conllevará que «unas 30 personas, que han recibido la noticia con dureza, no trabajen este verano», destaca José Castro, uno de los propietarios.

Aunque los empresarios de la instalación acatan la decisión e incluso reconocen que «el año pasado nos dijeron que era el último en el que nos iban a dar el permiso», sí que se muestran en desacuerdo con que «con nosotros se cumpla la Ley y haya otros establecimientos similares que sí abrirán pese a que no la están cumpliendo». Además, Castro anuncia que «estaremos pendientes de que las licencias que sí se dan sean correctas» ya que en su opinión «no se puede ser tan duro con unos y tan permisivos con otros, sobre todo cuando se está jugando con el pan de los dos socios, de nuestras familias y de los 30 trabajadores que vivían de esto». Las redes sociales se han inundado de mensajes de apoyo de jóvenes de Arcos y la comarca que aseguran no entender la situación porque «nos quitan la única opción que había en Arcos y nos obligan a irnos fuera a buscar diversión», lamentaba uno de ellos.

Ruidos

El año pasado ya se generó cierta polémica cuando un grupo de vecinos de la barriada de El Santiscal, que se encuentra al otro lado del Lago, mostraron su malestar, a través del Defensor del Ciudadano, por las molestias que denunciaban que producía la instalación. Esta situación fue la que provocó que el Ayuntamiento informara a los propietarios que no se iba a dar licencia pese a que en la zona se han montado chiringuitos similares desde el año 1996. En concreto, el propio Castro empezó abriendo Porto Alegre en lo que hoy son los aparcamientos del Waka-waka, entre 1996 y el 2000. Entre 2001 y 2004 se instaló el Porto Alegre 2 en Las Palmeritas y entre 2005 y 2008 le obligaron a trasladarse en al Brigadier. En 2008 el empresario arcense comprobó como se daba licencia a Bora Bora en las inmediaciones del actual Waka-waka y en 2010 destaca que «conseguí licencia allí, aunque nos costó trabajo pese a que ya se había dado otra antes».

El empresario arcense explica que no es una cuestión de quejarse por el daño personal que generan a los dos socios, sino que lamenta que «tal y como está la situación se pierdan tantos puestos de trabajo de esta forma». Además, recuerda que en la localidad existen otros establecimientos similares que «no cumplen y abrirán, ya que por ejemplo hay uno que tiene prevista su apertura el próximo 7 de junio y «todavía no se ha publicado en el tablón de anuncio su petición de licencia, cuando tiene que estar publicada 20 días antes de la apertura para la presentación de alegaciones».