Pulso a Mursi con el rapto en el Sinaí de 7 agentes egipcios
El presidente dice que «no cederá» al chantaje pero una ofensiva para liberar a los rehenes le enemistaría con los islamistas más radicales
EL CAIRO. Actualizado: GuardarEl secuestro de siete miembros de las fuerzas de seguridad en la península del Sinaí por parte de lo que parecen ser milicianos islamistas ha puesto al presidente egipcio ante una decisión complicada. Mientras la presidencia asegura que no cederá al «chantaje» pero que sigue manteniendo todas las opciones abiertas, entre ellas la negociación, varios tanques y helicópteros cruzaron ayer el canal de Suez para reforzar la seguridad en la península, lo que desató las especulaciones sobre una posible ofensiva para liberar a los rehenes.
La península del Sinaí, sobre todo el norte de este vasto territorio, se encuentra completamente descontrolada desde la revolución de 2011. Los secuestros, normalmente de turistas, se han convertido en algo frecuente, aunque hasta ahora se habían resuelto en cuestión de horas. La captura el pasado jueves por primera vez de siete miembros de las fuerzas de seguridad -un militar, cuatro agentes de aduana y dos de la seguridad central- es un paso más en este proceso de radicalización del Sinaí, donde los grupos de extremistas operan cada vez con menor pudor.
Pero la respuesta ante el desafío es complicada. El presidente Mohamed Mursi no quiere ponerse en contra a los islamistas más radicales con una acción contundente por parte del Ejército en el territorio, pero ceder a las exigencias de los secuestradores seguiría alimentando este círculo vicioso de raptos.
Los secuestradores, que fuentes de seguridad describen como milicianos islamistas y habrían dispersado a los rehenes por distintos lugares para dificultar su rescate, han exigido la liberación de supuestos «presos políticos». El diario Al Ahram informaba ayer de que podría tratarse de los milicianos yihadistas que fueron condenados por el asesinato de cinco oficiales de seguridad y un civil en los ataques del verano de 2011 contra la comisaría de El-Arish y una sucursal del Banco de Alejandría.
Este tipo de asaltos a puestos militares y comisarías ha aumentado en los últimos dos años. El más grave de ellos se produjo en agosto del año pasado, cuando 13 militares murieron en un ataque contra un puesto de control cerca de la frontera con Gaza. Ayer mismo, en un incidente que parece no tener relación con el secuestro, un grupo armado asaltó un campamento de las fuerzas de seguridad egipcias en el norte del Sinaí, aunque no se produjeron víctimas. Los atacantes asaltaron con armas pesadas el puesto militar, según la agencia oficial Mena, y los soldados respondieron con disparos hasta hacerlos huir, aunque no pudieron darles alcance.
«No somos menos que Shalit»
El despliegue de fuerzas ayer en el norte del Sinaí se produce un día después de la aparición de un vídeo en internet que muestra supuestamente a los agentes con los ojos vendados y pidiendo al presidente Mursi y al pueblo egipcio que negocie para su liberación. Los jóvenes agentes, de apenas 20 años de edad, imploran por su liberación al presidente y al pueblo egipcio en la cinta. «No somos menos que Gilad Shalit, que fue intercambiado por 1.000 prisioneros palestinos», dice uno de ellos en referencia al soldado israelí que permaneció secuestrado en Gaza durante cinco años.
«Se trata de un asunto muy sensible, importante y crucial», dijo ayer el portavoz presidencial, Omar Amer, quien aseguró que «se debe calcular cada paso antes de darlo» y reconoció que las circunstancias pedían una intensificación de la seguridad en la península, aunque no desveló si se preparaba un ataque para liberar a los cautivos.
En protesta por este secuestro, los policías del norte del Sinaí decidieron comenzar una huelga y unirse a los manifestantes delante de Rafah.