Una victoria y a esperar el milagro

Ahora o nunca. El San Fernando ya sólo tiene una bala en su revólver, y acierta en la diana o se despertará de este sueño de nueve meses. Una lástima para La Isla. El final de temporada no ha sido justo con el conjunto azulino, que con trabajo y humildad ha permanecido cinco meses en la zona noble de la tabla... y en la penúltima jornada se ha desprendido con el batacazo ante el Melilla.

Cuando la meta estaba tan cerca, que parecía tocarse con la yema de los dedos, el equipo de Pepe Masegosa caía derrotado traumáticamente en Bahía Sur ante 8.000 fieles en el maldito descuento y con un rival que no se jugaba nada. Fin a la ventaja, fin a la dependencia de sí mismo, fin a la alegría perpetua. Pero ¿fin de todo?

Aún no. Aún no se ha rubricado la novela. Queda el último capítulo, el que puede dar el giro total a la historia. Para ello tienen que suceder muchísimas cosas. Una está en la mano del San Fernando, y no es otra que ganar en La Victoria a un Jaén que pelea por el campeonato del grupo (y las ventajas que ello conlleva). Hay que reponerse del palo anímico del pasado domingo, recuperar las buenas sensaciones que ha despertado este plantel y ganar como sea.

Es el último cartucho y por ello se dará el máximo. Álvaro García forzará después de su lesión fibrilar para disputar este choque. No se puede reservar nada. El extremo será de la partida en un once de gala, aunque con la duda de Sambruno, que se retiraba tocado de la sesión de ayer. Masegosa recupera a Iván Guerrero para el lateral derecho, con Paco Borrego en el centro a la espera de compañero. A la espera de la evolución del gaditano, Germán sería su pareja de baile. Se han quedado fuera de la convocatoria Juanse, Rodiel, Pecci y Antoñito.

Si no hay victoria isleña, adiós. Ni vale el empate. Para colmo, espera una encerrona con más de 12.000 espectadores y un adversario que quiere ser campeón 17 años después. Ser primero ofrece dos oportunidades, más de un 50% de opciones de ascenso, y eso no se va a regalar, máxime cuando se da por hecho el triunfo del Cartagena en casa frente al Cacereño.

No obstante, en La Isla son medianamente optimistas. Al menos darán la vida por esos tres puntos. Y entonces habrá que mirar lo que suceda en otros campos. Una derrota del Albacete en casa del Sevilla Atlético, con el cañaílla Rubio como referente, obraría el milagro. La otra carambola consiste en un improbable empate múltiple con el Albacete (si iguala en Sevilla) y Almería (si gana en Carranza), y para ello el Lucena ha de quedar por encima puntuando en La Línea.

Demasiado difícil hasta para ser fútbol. Así que la cabeza debe quedar despejada, intentar primero vencer en Jaén y luego esperar el milagro. Que este deporte le devuelva al San Fernando lo que le quitó en esa fatídica tarde.