Sociedad

De estar en la lista de despedidos al descubrimiento científico del año

MADRID. Actualizado: Guardar
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Hartos de ver cómo se maltrata a la ciencia, con recortes presupuestarios por parte de las administraciones y sin financiación de fondos privados, muchos investigadores españoles están haciendo las maletas para buscarse la vida fuera de nuestras fronteras. Como Nuria Martí Gutiérrez. Esta bióloga madrileña, aunque valenciana de adopción, ha tenido la suerte de estar en el sitio y en el momento idóneos.

La doctora Martí se incorporó al Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) para hacer su tesis hace más de seis años. Pero la crisis llegó y este centro puntero en materia genética dejó de ser una necesidad. Había que hacer recortes y llegaron los despidos. Martí, visto el percal, decidió buscarse la vida. Mandó currículos a varios laboratorios, incluido el Onprc, «un paraíso» para su especialidad, según señaló en la Ser. Y la casualidad quiso que en 24 horas, la dirección del CIPF le comunicase su inclusión en el ERE y que el centro estadounidense admitiera su solicitud. Ya ha enlazado dos contratos anuales, y parece factible que se quede allí los próximos cinco años.