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Un divorciado se suicida en la escuela de París en la que estudiaron sus hijos

Se pegó un tiro en la cabeza con una escopeta de cañones recortados ante una decena de alumnos de 6 y 7 años

PARÍS. Actualizado: Guardar
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Un divorciado depresivo, con antecedentes por violencia doméstica, se suicidó ayer en la céntrica escuela de París donde habían estudiado sus hijos en presencia de una decena de alumnos de corta edad. El presidente francés, François Hollande, que expresó la emoción de todo el país, afirmó que la prioridad de su Gobierno es que «nuestras escuelas deben estar protegidas de la violencia» ante las críticas a la falta de seguridad de los centros.

El suicida, de 51 años, penetró por la fuerza en la escuela Saint Pierre La Rochefoucauld, un centro católico concertado situado en un barrio acomodado de París, a dos pasos de los Inválidos y la Torre Eiffel. Aprovechó la hora de comer, cuando las puertas están abiertas para que los externos vayan a casa a almorzar, y forzó la resistencia de dos vigilantes antes de sacar una escopeta de cañones recortados en el vestíbulo y pegarse un tiro en la cabeza. Una decena de niños de 6 y 7 años que acudían al comedor escolar presenció el suceso.

«Uno de los maestros que estaba en el patio me contó que los niños pensaron que se trataba de una toma de rehenes y se pusieron a gritar, a rezar y a llamar a sus padres», relató el progenitor de tres alumnas. «El patio está separado del vestíbulo por una puerta de madera con cristal por lo que oyeron todo, los gritos, el disparo», señaló. El ex primer ministro conservador, François Fillon, fue uno de los padres que acudieron a buscar a uno de sus hijos, escolarizado en el colegio privado.

Un lugar simbólico

Christine, la exesposa del suicida, expuso a la radio RTL que era un hombre de salud mental frágil. «Me llamó anteayer y noté que no estaba bien», dijo. La mujer explicó que habían vivido durante 22 años en el barrio y que su domicilio tenía vistas a la escuela, donde estudiaban sus hijos. «Es un lugar simbólico para él y además daba mucha importancia a la enseñanza», añadió. Las autoridades señalaron que la pareja había protagonizado un divorcio muy conflictivo en 2011. La Policía del distrito había tenido que intervenir a causa de desavenencias que degeneraron en violencias conyugales.

Una célula de atención psicológica se hizo cargo de los afectados, en especial de los más pequeños. «Pensaba que eran terroristas que tenían pistolas e iban a venir a la escuela», relató a las cámaras de televisión un niño entre sollozos. «Hay que esperar a que haya sangre para que se tomen medidas de seguridad», protestó muy alterada una madre.