Sociedad

Clonación terapéutica sí, pero humana no

La legislación de varios países, incluido España, permite investigaciones como la llevada a cabo por los científicos estadounidenses

MADRID. Actualizado: Guardar
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La clonación forma parte del argumento de numerosas novelas y películas de ciencia ficción. Sin embargo, la ciencia volvió a demostrar que cada vez es una opción más real. De ahí que los organismos internacionales y los Estados hayan fijado en su legislación los límites de estas polémicas investigaciones. Algunos países, entre los que se encuentra España, permiten la clonación terapéutica de células madre. Aun así, existe un consenso internacional sobre la prohibición de la clonación humana.

A escala internacional, el pronunciamiento más relevante se produjo en 2005 con la aprobación de la Asamblea de la ONU de una declaración no vinculante. En ella se instaba a los países a prohibir cualquier forma de clonación humana «en la medida en que sean incompatibles con la dignidad humana y la protección de la vida humana». En Europa, la legislación existente es muy similar. Así, el Protocolo del Consejo de Europa -aprobado en 1998- prohíbe «cualquier intervención destinada a crear un ser humano genéticamente idéntico a otro, ya sea vivo o muerto». España ratificó este convenio que entró en vigor el 1 de marzo de 2001. Sin embargo, la firma de este tratado no impidió a España sumarse con la aprobación de la Ley de Investigación Biomédica en 2007 al reducido número de países que permiten la clonación terapéutica con células madre. En ese grupo se encuentran Reino Unido, Bélgica, Suecia, Japón, Israel, Australia o Corea del Sur. En cualquier caso, la normativa española prohíbe expresamente «la creación de embriones con fines de investigación».

El éxito obtenido por el equipo científico del Centro Nacional de Oregón habría sido más complicado hace una década. Pero no por motivos técnicos -que también- sino por las trabas legislativas.

Y es que el histórico avance ha sido posible en gran parte al cambio de política sobre la clonación terapéutica desde la llegada del presidente Barack Obama. Anteriormente, la administración de George W. Bush congeló durante sus dos mandatos las ayudas públicas a toda investigación con células madre embrionarias.

El uso de estas técnicas siempre ha generado un importante debate ético. Esa polarización se reflejó cuando Obama llegó a la Casa Blanca y levantó el veto de su antecesor sobre esta materia pero con un límite claro. «En ningún caso se utilizará para la clonación de seres humanos, moralmente inaceptable».