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Montoro advierte a Cataluña de que no podrá elevar su déficit por encima del 2%
El Gobierno abre la veda de la negociación individualizada, pese a que varios presidentes autonómicos la rechazan
BARCELONA. Actualizado: GuardarAun a riesgo de que algunos barones regionales del PP se levanten indignados contra Mariano Rajoy, el Gobierno central tiene asumido que no exigirá el mismo objetivo de déficit a todas las autonomías.
El Ejecutivo ha aceptado la asimetría que le reclamaban las comunidades mediterráneas, lo que abre la puerta a que Cataluña pueda elaborar unas cuentas públicas con una desviación presupuestaria superior al 1,2% del PIB que fijó el Gobierno como media para todas las autonomías en el plan de estabilidad que presentó recientemente en Bruselas. Lo que ahora está por ver es, a partir de ese 1,2%, cuántas décimas aumenta el porcentaje permitido para Cataluña. El PP catalán propone que se sitúe entre el 1,5 y el 1,8% y la Generalitat aspira al 2,1%. Pero el Gobierno no cederá tanto.
Un día después de que Mariano Rajoy y Artur Mas iniciaran las conversaciones sobre el déficit en una reunión celebrada en Barcelona -una cita que continuaron por la noche los ministros Cristóbal Montoro y Luis de Guindos y el consejero de Economía de la Generalitat, Andreu Mas-Colell- el ministro de Hacienda anunció ayer que no aceptará un objetivo para Cataluña que supere el 2% del PIB.
Montoro, tras presidir junto a Alicia Sánchez Camacho una reunión directiva del PP catalán, marcó una clara línea roja que el Ejecutivo no piensa superar durante la negociación, que se presenta larga y tormentosa, con la Generalitat, que reclama una décima más de la que admite Moncloa.
El Gobierno catalán considera que elaborar un presupuesto con un déficit que se sitúe por debajo del 2,1% le obligará a asumir unos recortes que ascenderían como mínimo a 2.000 millones, una cifra similar que los dos años anteriores.
El Ejecutivo de CiU cree que un nuevo tijeretazo pondría en riesgo el autogobierno, la cohesión social y el Estado del bienestar, con el problema añadido de que Esquerra, que da apoyo al Ejecutivo de Mas, ya ha advertido que no está dispuesto a respaldar ningún ajuste adicional. Y si ERC no da luz verde a las cuentas públicas catalanas, la legislatura, que no hace ni seis meses que arrancó, podría tener los días contados.
3.500 millones
Tras reunirse con la junta directiva del PP catalán, el titular de la cartera de Hacienda afirmó que el actual techo del 1,2%, que exigiría recortes sociales por valor de 3.500 millones de euros, solo es una «referencia» que puede flexibilizarse. Eso sí, para Montoro, todo lo que sea superar el déficit catalán de 2012, que acabó en el 1,96%, es «innegociable». Superar el 2% que reclama la Generalitat perjudicaría que Cataluña pueda volver a tener acceso a los mercados, dijo el ministro.
La batalla por el déficit podría resolverse en el mes de junio, que es cuando la Comisión Europea debe confirmar si acepta el objetivo del 6,3% del PIB para el sector público español. Hasta entonces, la lucha negociadora se prevé sin cuartel. El Govern ya ha advertido de que está dispuesto incluso a la «confrontación», en palabras de Mas, lo que en la práctica supondría que se plantaría y se negaría a presentar sus presupuestos. ERC exige a Mas que incumpla el objetivo que le marque Madrid. Las dificultades de tesorería de la Generalitat imprimirán además más tensión a la negociación, que se verá salpicada por el enfrentamiento que libran el Ejecutivo catalán y la Generalitat por la deriva independentista.
Mas evitó el viernes referencias al proceso soberanista en la comida a la que asistió junto a Rajoy y la plana mayor de la industria del automóvil, pero ayer volvió a la carga. «Cataluña está intentando subir una escalera que lleva a la libertad», dijo, pero para llegar, añadió, «lo primero que hay que hacer es dar la voz a la gente para que pueda elegir».