Economia

Bruselas sitúa al comercio en el centro de su plan de crecimiento

La UE cree que sellar los acuerdos en curso sobre libre mercado disparará su PIB un 2% y creará dos millones de empleos

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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«Nunca el comercio ha sido más importante para la economía europea». Así arranca el último análisis de la Comisión Europea sobre las exportaciones, sector que en las difíciles circunstancias actuales ha adquirido un valor crucial de cara a recuperar el crecimiento y el empleo. La UE es el mayor actor exportador, importador, inversor extranjero directo y receptor de inversión del mundo, pero algunos competidores como China amenazan con arrebatarle ese estatus. Mantenerlo dependerá de su capacidad para conquistar mercados emergentes y sellar los acuerdos de libre comercio que está negociando, sobre todo con Japón y Estados Unidos.

El documento 'Comercio: una fuente clave de crecimiento y empleo para la UE', dirigido a los jefes de Estado y de Gobierno, subraya que impulsar el comercio exterior es «una de las pocas maneras de reforzar el crecimiento económico sin hacer uso de las gravemente limitadas haciendas públicas».

Las cifras avalan ese análisis. Europa genera el 20% de la exportación mundial. La contribución de la demanda exterior al PIB es ahora su fuente más importante de crecimiento, pues la demanda interna sigue muy débil. En 2012, el comercio exterior aportó a la UE 0,9 puntos porcentuales de crecimiento y fue el único componente capaz de contribuir positivamente al PIB. Eso redujo en una cuarta parte la profundidad de la recesión europea, ya que ayudó a compensar la influencia negativa de la demanda interior, que restó 1,2 puntos a la actividad.

La Comisión asume que la aportación al PIB de la demanda exterior «con seguridad» irá a más. Estima que en los próximos quince años el 90% del crecimiento mundial se generará fuera de Europa (y de él un tercio en China). De ahí que vea en el reto de abrir mercados para sus productos en países emergentes -Rusia, Brasil, China e India- una oportunidad de oro para afianzar la recuperación económica. De hecho, en Bruselas los funcionarios que trabajan en el área de Comercio ya sitúan a estos países en el listado de «socios comerciales estratégicos» junto a las grandes economías desarrolladas de Estados Unidos y Japón.

La UE se juega en esa apuesta el futuro de su potente base industrial. Su excedente comercial roza los 300.000 millones de euros en el sector manufacturero y suma 100.000 millones en el de servicios. La agricultura también ha pasado del déficit al superávit. Aunque la balanza comercial europea, en conjunto, es negativa, su déficit se debe a la fuerte dependencia energética y es muy inferior al de Estados Unidos.

Negociaciones

En ese contexto, Europa se afana desde hace años por reforzar los vínculos con los nuevos focos del crecimiento mundial, donde aspira a competir con productos de alto valor añadido y no con precios bajos. Si en 2006 el 24% de las exportaciones comunitarias estaban cubiertas por acuerdos de libre comercio, hoy -tras la firma de memorandos con Corea, Colombia, Perú, América Central, Ucrania y Singapur- el porcentaje ha subido al 30%. En poco tiempo, en cuanto culminen las negociaciones con Canadá, India, Vietnam, Malasia, Tailandia y otros países del sureste asiático, prevé llegar al 48%. Y a largo plazo -cuando se sellen acuerdos con Estados Unidos y Japón- Bruselas cree que el 65% de las transacciones estarán amparadas por instrumentos de ese tipo.

La UE cree que la culminación de su programa de política comercial impulsará su PIB casi un 2% (unos 250.000 millones, cantidad equivalente al tamaño de economías como la danesa o la austríaca) y servirá de base para crear «más de dos millones de puestos de trabajo vinculados al comercio en la UE». Recuerda que una exportación -alemana por ejemplo- incorpora valor creado en otros países -como pueden ser Polonia o República Checa- y eso afecta a la distribución de los puestos de trabajo creados. En general, por cada dos empleos generados en el estado donde se contabilizan las exportaciones, se crea uno en otro lugar del continente.

Bruselas admite que muchos de esos beneficios tardarán en llegar, pero subraya que el plan también es «crucial a corto plazo» por las reformas interiores que lleva aparejadas y la «señal inequívoca» que lanzaría a los inversores. Pese a la crisis, la UE sigue siendo un lugar atractivo para invertir. De hecho, es el mayor receptor de proyectos de inversión, que crean y conservan empleos. En 2011 Europa atrajo el 29% de ellos, el mismo porcentaje que Norteamérica. Asia y Oceanía recibieron el 25%.