Enrique Centella, director de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional al Desarrollo señala las chinchetas en las que ésta realiza proyectos. :: MARÍA AGUILAR
ANDALUCÍA

La cooperación exterior resiste

Andalucía mantiene izada, aunque con menos dinero, su bandera de ayuda a países pobres pese a la crisis y el paro

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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La Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aacid), dependiente de la Consejería de Relaciones Institucionales y Administración Local, cuyo titular es Diego Valderas, ha abierto el plazo para adjudicar 25 millones de euros en subvenciones a las organizaciones no gubernamentales de desarrollo (ONG). Hasta el 31 de mayo, las más del centenar de ONG e instituciones públicas que trabajan desde Andalucía en proyectos de cooperación para el desarrollo, de acción humanitaria, de formación, investigación y educación tienen de plazo para presentar sus proyectos.

La Junta de Andalucía cumple así con el compromiso adquirido por el vicepresidente de la Junta, Diego Valderas, con la coordinadora andaluza de ONG de orientar la mayor parte de la partida destinada este año a la citada agencia (44 millones de euros) a los proyectos de las ONG y no a los propios del organismo de la Junta de Andalucía u otras instituciones públicas.

La orden de la agencia para invitar a las ONG a presentar iniciativas coincide con la aprobación de los dos decretos con los que el Gobierno de izquierdas de Andalucía pretende frenar la progresiva exclusión social de miles de andaluces por la crisis y el paro galopante que sufre la Comunidad, un 36,87% de su población activa, más de 1,4 millones de personas.

En el decreto de medidas extraordinarias contra la exclusión social, por ejemplo, la propia Junta de Andalucía alerta del alto porcentaje de niños de 0 a 17 años en riesgo de pobreza: 72.020 niños viven en hogares con privación material severa. Una de las medidas contempla sumar 44 millones de euros al llamado salario social para familias sin ingresos, casi la misma cantidad de la que dispone la Aacid.

Ante la coyuntura de alerta social que la misma Junta esgrime y las dificultades financieras asumidas por la administración autonómica para cumplir con el objetivo del déficit impuesto por Bruselas, algunas personas fruncen el ceño porque entienden que no habría que destinar dinero a otros países cuando aquí hay que tapar tantas bocas. El PP fue el primero en recoger estas quejas cuando el verano pasado pidió al Gobierno andaluz que redujera a la mitad su presupuesto para cooperación en lugar de recortar en otras partidas sociales de la Comunidad.

La vicesecretaria de Organización del PP, Ana Corredera, opina que se trata de seleccionar los proyectos. «No estamos en contra de los que se destinen a escuelas o a sanidad, pero sí a programas que poco tienen que ver con la cooperación», en referencia a las millonarias ayudas a los sindicatos para fortalecer las organizaciones laborales en Centroamérica. El PP critica, como ejemplo, que se destinara 250.000 euros a un proyecto de fortalecimiento de la cultura emprendedora a través de las oficinas públicas de empleo en Paraguay, «cuando aquí hay problemas para financiar la dependencia».

La cooperación parece que ya no está de moda, frente a aquella fiebre de las administraciones en los 90 por colocar como blasón de nobleza en sus cuentas partidas destinadas a las ONG. La crisis ha enterrado aquella aspiración y compromiso internacional de dedicar al menos el 0,7% de cada presupuesto público al desarrollo de países pobres. El Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, que había hecho bandera de ello, tuvo que desistir antes de 2011 con recortes que Mariano Rajoy triplicó nada más llegar a la Moncloa en 2011, cuando se anunció un tijeretazo de hasta 1.300 millones de euros. «El PSOE empezó con los recortes y el PP ha laminado la cooperación», sostiene José María Ruibérriz de Torres, presidente de la coordinadora de ONG de desarrollo andaluza (Caongd).

Por efecto dominó el resto de administraciones públicas siguieron el ejemplo. Ruibérriz señala que casi todas las diputaciones andaluzas han eliminado las partidas a la cooperación exterior y pocos ayuntamientos incluyen algún dinero para ello en sus presupuestos.

La Junta de Andalucía también recortó: en 2012 se había presupuestado 58 millones de euros para la Aacid y otros 17,8 para la Promoción del Desarrollo (Faprode), que en realidad son créditos retornables. Con los ajustes, el presupuesto de la agencia se quedó en 34; En 2011 se había destinado 97 millones de los que 86 eran para la Aacid, que acabaron en 57 millones con otro ajuste. Para este 2013, el presupuesto de la Agencia es de 44 millones, más diez del Faprode, cifra que coloca a Andalucía entre las autonomías que más dinero dedica a la cooperación.

Para la coordinadora de ONG andaluza, que aglutina a 68 organizaciones, el recorte ha sido «brutal», de más del 22%, mucho más que el 4% que ha bajado el presupuesto de la Junta en su globalidad. El presidente de la coordinadora, José María Ruibérriz de Torres, reconoce que la Junta de Andalucía «es el mayor donante público a ONG» de las comunidades, pero lamenta que haya sucumbido a los recortes. La coordinadora además ha mantenido numerosas protestas en los últimos meses ante la deuda acumulada de la Aacid de más de 45 millones de euros de programas de años atrás, lo que ha situado a muchas organización en bancarrota y a otras les ha obligado a cerrar oficinas o despedir a personal.

El director de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aacid), Enrique Centella, discrepa frente a los que opinan que se dedica demasiado dinero y a los que piensan que demasiado poco. A los primeros responde que la crisis obliga a ajustar, «pero no a desmantelar». «No es justo que paguen los más débiles», añade. «Se puede discutir en qué se gasta el dinero, pero no el hecho en sí, no es entendido ni desde el punto de vista humano ni cristiano». Señala que por cada euro no llega a un céntimo lo que la Junta destina a cooperación. «Es una cantidad ridícula», pero que puede aliviar problemas de hambruna en Mali o construir escuelas para niños en Perú y centros médicos en Marruecos. También sostiene que la financiación de la Junta permite mantener al menos dos mil puestos de trabajo de andaluces que trabajan en el sector.

Deuda acumulada

Frente a los que se quejan del poco dinero, subraya que este año se ha incrementado diez millones respecto a lo que quedó el pasado ejercicio tras los recortes. «El compromiso es que este año no haya ajustes en cooperación». También subraya que desde que asumió el cargo en junio se está pagando la deuda a razón de cinco millones mensuales. Este mayo ha terminado de pagarse todo 2011. Queda de 2012 otros 34 millones de euros.

Centella deberá acometer el nuevo plan director de la cooperación, donde quiere imprimir un sello más de Izquierda Unida y negociarlo con el sector. Mantendrá las prioridades en Centroamérica, norte y centro de África y Palestina, pero priorizará las ayudas a las ONG frente a las directas de la propia agencia, más de un centenar en la actualidad en colaboración con instituciones de los países receptores. El objetivo seguirá siendo la erradicación de la pobreza, los derechos humanos y la paz. «Habrá que adaptarse a los tiempos», dice en referencia a la crisis, pero dejando claro que el Gobierno andaluz de izquierdas seguirá apostando por la cooperación exterior. «Nuestra objetivo es recuperar cuando se pueda la capacidad presupuestaria anterior», afirma ilusionado.