Sociedad

Alfredo Landa se va sin ruido

Sus compañeros subrayan el talento del intérprete para encarnar los papeles más dispares y destacan sus humildes comienzos como doblador Familia y amigos despiden al actor en una ceremonia íntima en que se incineraron sus restos mortales

MADRID. Actualizado: Guardar
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«Él decía que era un todoterreno, y lo era, pero con un motor de Rolls Royce». Con estas palabras el director de cine José Luis Garci despedía a su amigo, el actor Alfredo Landa, cuyos restos mortales fueron incinerados ayer. Compañeros, amigos y familiares del fundador de todo un género, el landismo, acudieron al cementerio de Santa Ana, en Colmenar Viejo (Madrid), a dar su último adiós este trabajador indesmayable. Alfredo Landa descansará en su Pamplona natal. Los amigos destacaron su gran humanidad -también su mal genio- y su talento para encarnar los papeles dispares, desde los más dramáticos a los arrebatadamente cómicos. «Era capaz de dar vida tanto a una criatura de Chéjov como de Tennesse Williams», dijo José Luis Garci.

A la ceremonia, celebrada en la intimidad, acudieron el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce; el empresario y productor de cine Enrique Cerezo, y los actores Manuel Zarzo, José Carabias y Jesús Guzmán, el inolvidable cartero Braulio de 'Crónicas de un pueblo'.

Remiso todavía a evocar al amigo muerto, Garci se deshizo en elogios a su amigo, quien participó en siete de sus películas. «Era un actor colosal, dotado para la comedia, el drama y que podía hacer cualquier tipo de cine. He perdido a un amigo de 40 años que además era actor». Con Landa, el ganador del Oscar por 'Volver a empezar' compartió tardes de fútbol y toros, largas tertulias y 'gin tonics'.

Alfredo, el hijo del actor, deshecho por el llanto, recibió el pésame de los que se acercaron al camposanto. Sus hermanas Idoia y Ainhoa acompañaban a Maite Imaz Armendi, la viuda de Landa, que a veces necesitaba las manos de sus hijas para soportar el desconsuelo.

Mediante una sencilla y breve ceremonia religiosa -la familia deseaba una despedida discreta y sin parafernalia- los allegados rindieron homenaje al fallecido, definido por Torres-Dulce como «un actor sencillamente extraordinario que ha marcado el teatro, el doblaje y todo el cine español».

Muchas coronas

José Luis Garci no se separó casi ni un segundo de los hijos y la viuda hasta que llegó el momento de que el coche fúnebre trasladara el féretro a la incineradora del cementerio de Santa Ana.

Un buen número de coronas de flores sirvieron para dar el último adiós a quien fue ganador de tres goyas. La Academia de Cine envió la suya, así como el cantante Julio Iglesias o el ayuntamiento de Arróniz, municipio del que Landa era hijo predilecto.

La actriz Fiorella Faltoyano ensalzó a Landa, con quien compartió reparto en 'Canción de cuna'. «Era uno de los grandísimos, como tantos otros que se han ido el último año, en el que ha desaparecido una generación grandiosa». Méndez Leite destacó una de las facetas de Alfredo Landa que más ha pasado inadvertida y en la que el actor desplegó, sin embargo, todo su buen hacer: su trabajo como doblador de westerns. «Era un actor absolutamente fantástico, un tipo muy divertido y con muy mala leche, con perdón», apostilló Méndez Leite.

Landa tenía mucho carácter. Lo sabe muy bien Garci, con quien tuvo algunas fricciones y desencuentros. «Nunca tuvimos una ruptura, solo discusiones, porque Alfredo tenía un carácter muy fuerte. No obstante, luego nos citábamos en su casa a tomar unos martinis, que él los preparaba como nadie». Y de esta forma la personalidad del actor, a veces volcánica, se apaciguaba. Bebiendo esos «cuchillos disueltos», como los describía el escritor Manuel Alcántara, se esfumaban las discordias.

Jesús Guzmán hizo con Alfredo Landa casi veinte películas, entre ellas 'Atraco a las tres' o 'Préstame quince días'. Ayer a duras penas podía hablar, triste por haber postergado una visita a su casa cuando ya estaba postrado. «Era un fuera de serie», sentenció. Las cenizas de Landa se depositarán en Pamplona, ciudad natal del intérprete, donde la familia posee un panteón.

El ministro de Cultura, José Ignacio Wert, envió su pésame a la familia por la pérdida de «un actor que a lo largo de muchos años ha sido una referencia inolvidable para varias generaciones que han disfrutado, reído y llorado con tantas muestras de un talento de increíble versatilidad».