El juez archiva el escrache a la vicepresidenta del Gobierno
No ve delito ni falta porque la concentración fue pacífica y los cargos públicos tienen que estar sujetos a la crítica
MADRID. Actualizado: GuardarEl escrache de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) frente a la casa de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, no atentó contra la libertad, la intimidad y la seguridad de su familia, sino que estuvo amparado por la libertad de reunión y expresión de los manifestantes, que actuaron de forma pacífica.
Este es, en síntesis, el argumento del titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Madrid después de que ayer archivara la denuncia interpuesta por el marido de Sáenz de Santamaría contra 27 personas, entre ellas, el exsecretario general de Alianza Popular Jorge Vestrynge.
El magistrado Marcelino Sexmero recuerda que las palabras y las consignas de los concentrados pueden ofender o perturbar a la familia de la vicepresidenta, pero en este caso, en el que no hubo violencia física ni se les impidió salir de casa o se lanzaron objetos, su intimidad cede «por su carácter de persona de relevancia pública dedicada a la gestión política».
En el relato de hechos, el juez asegura que el marido de la vicepresidenta, José Iván Rosa Vallejo, su madre y Sáenz de Santamaría estaban dando la merienda a su hijo de 16 meses cuando oyeron gritos fuera del inmueble como «sí se puede, pero no quieren», «Soraya, Soraya, quién paga tu casa» o «no son suicidios, son asesinatos».
La concentración duró 20 minutos y, según el denunciante, no pudieron sacar al niño a pasear y este rompió a llorar, por lo que tuvieron que llevarlo al salón y alejarlo de las ventanas después de sentirse intimidados.