Carlos Fabra se disculpa con Bárcenas por llamarle «sinvergüenza»
El exdirigente popular, que será juzgado por delitos fiscales, cohecho y tráfico de influencias, aclara que el ataque fue fruto de «un calentón»
MADRID. Actualizado: GuardarCarlos Fabra, que tuvo que renunciar a décadas de poder absoluto en el PP de Castellón acorralado por los escándalos de corrupción, mostró ayer su arrepentimiento por haber llamado 24 horas antes «sinvergüenza como la copa de un pino» a Luis Bárcenas.
El expresidente de la Diputación de esta provincia levantina lamentó las duras descalificaciones que dirigió el jueves al extesorero popular y como principal justificación para su comportamiento explicó que lo había dicho en un momento de «calentón» y como respuesta a las preguntas que le hizo un periodista de un medio de comunicación «no afín».
Fabra, que en pocos meses tendrá que ocupar el banquillo de los acusados para enfrentarse a penas de hasta 15 años de prisión, deshizo ayer completamente el camino del día anterior y ni siquiera se atrevió a dar por bueno, como sí hizo el jueves, el posible enriquecimiento ilícito en decenas de millones de euros por el que la Audiencia Nacional investiga a quien estuvo durante tres lustros al frente de la contabilidad del PP, y que en esos años también pudo gestionar, según sus propios apuntes manuscritos, una caja B del partido. El expresidente de la Diputación castellonense, en un retornó a la estricta corrección política, reivindicó para Bárcenas, y por supuesto para sí mismo, el derecho a la presunción de inocencia, que cree que nunca debió poner en duda.
El ataque frontal que Fabra dirigió el jueves contra quien en este momento es el emblema informativo de la corrupción política dejó estupefactos a muchos ciudadanos por venir del excargo público que, de hecho, ha encarnado este mismo papel durante años y a quien todavía esta semana 'The New York Times' citó en un reportaje sobre España como uno de los símbolos del uso de las instituciones y del poder político en beneficio personal.
Más de 10 años
Fabra se sentará en el banquillo de la Audiencia de Castellón el próximo otoño para enfrentarse a la acusación de cuatro delitos contra la Hacienda Pública, otro de cohecho y un sexto de tráfico de influencias. Para afrontar los presuntos fraudes al fisco le acompañará su exmujer María Amparo Fernández. La Fiscalía y las acusaciones populares, que reclaman para el exresponsable político penas de cárcel que suman entre 10 y 15 años, consideran que usó su cargo en la Diputación, que dirigió durante 16 años, y su enorme peso en el PP valenciano para realizar gestiones políticas en favor de los intereses de empresarios amigos, que le habrían entregado a cambio comisiones millonarias.
La instrucción judicial apunta a que Fabra habría obtenido en los primeros años del siglo al menos 3,7 millones de euros de los que no es capaz de justificar su origen, parte de los cuales podría proceder de sobornos empresariales. De igual manera, las acusaciones consideran probado que entre 1999 y 2004 habría defraudado a Hacienda unos 1,5 millones de euros al no declarar los importantes ingresos citados, que ante el juez trató de justificar por haber obtenido varios premios gordos de la Lotería.
El auto de apertura de juicio oral, que llegó después de nueve años de instrucción obstruida por una montaña de recursos, le hizo perder su último cargo público, la presidencia de la empresa que gestiona el aeropuerto de Castellón, un recinto sin aviones ni actividad, por el cobraba más de 80.000 euros al año.