Kerry con los periodistas. :: AFP
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La cumbre sobre Siria que apadrinan EE UU y Rusia choca con la realidad

El optimismo del enviado de la ONU contrasta con los recelos de la oposición, que antes de ir pregunta qué pasará con El-Asad

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Después de semanas en las que se especulaba con su posible renuncia debido a la imposibilidad de desbloquear la situación en Siria, Lajdar Brahimi se mostró positivo en su primera valoración de la reunión que mantuvieron el miércoles por la noche en Moscú el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov. Con una cifra de víctimas mortales que la ONU sitúa ya en 70.000, entre sospechas del uso de armas químicas, denuncias de masacres como la reciente en Banias o bombardeos como el de Israel del fin de semana, Washington y Moscú acordaron organizar una cumbre internacional sobre Siria a finales de mes para tratar de avanzar en la búsqueda de una solución política, lo que para el enviado de la ONU y la Liga Árabe supone «la primera noticia esperanzadora en mucho tiempo sobre un país infeliz».

La base del entendimiento entre las dos potencias -cada una con una de las partes en conflicto, Rusia con El-Asad y EE UU con la oposición- son los Acuerdos de Ginebra firmados en junio. El optimismo inicial del diplomático argelino choca sin embargo con la realidad y por eso aunque «son un paso adelante muy importante, no dejan de ser un primer paso». Brahimi pidió además «que el resto de la región se movilice para que esta iniciativa tenga éxito».

«Damasco solo mira a Irán»

La implantación de la hoja de ruta de Ginebra, que se firmó cuando Kofi Annan estaba al frente de la misión internacional, supondría en primer lugar un alto el fuego para permitir la formación de un gobierno de transición capaz de gestionar la crisis. pero sin aclarar uno de los puntos fundamentales para la oposición: el papel que debe desempeñar Bashar el-Asad.

Junto a Brahimi, también la Unión Europea recibió con agrado la noticia de la próxima cumbre apadrinada por rusos y estadounidenses, todo lo contrario que la oposición siria, que mostró su escepticismo desde el primer momento. «Necesitamos saber qué ocurrirá con El-Asad, es un punto que no ha quedado claro con el objetivo de llevarnos a una mesa de negociación antes de tomar un decisión sobre su futuro», declaró a Reuters Samid Nashar, miembro del Consejo Nacional Sirio. «No hay una postura oficial de momento, pero creo que la oposición ve imposible entablar un diálogo con un Gobierno cuya cabeza siga siendo El-Asad», añadió Nashar.

Sus palabras van en la misma línea que las del coronel Qassim Saadedine, del Consejo Supremo Militar de la oposición. «No nos sentaremos con el régimen y, sinceramente, no creo que las decisiones de El-Asad estén en manos de Moscú. Ahora mismo sólo mira a Irán», resumió Saadedine a Reuters.

Mientras en los despachos se hablaba de esta nueva oportunidad para una salida dialogada sobre el terreno la ONU confirmó que cuatro efectivos de nacionalidad filipina de la Fuerza de Observación Internacional en los Altos del Golán (Undof, por sus siglas en inglés) permanecen desde el martes en manos de milicianos de los grupos armados de la oposición. La Brigada de los Mártires de Yarmuk reivindicó el secuestro «por la propia seguridad de los soldados» debido a los combates en la zona. Es la segunda vez que cascos azules son retenidos por opositores en esta zona después de que en marzo otros 21 filipinos estuvieran tres días en esta situación.