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Rajoy y Letta avisan a Merkel de que ningún país se salvará sin estímulos
El presidente del Gobierno español pide a Mario Draghi que ponga en marcha las medidas para que el crédito llegue a las empresas
Actualizado: GuardarLos Gobiernos de España e Italia escenificaron ayer el relanzamiento de su alianza por el crecimiento, con la que esperan hacer frente en Bruselas a la doctrina de la austeridad a ultranza que simbolizan Alemania y sus aliados del norte de Europa. Mariano Rajoy y el primer ministro italiano, Enrico Letta, aprovecharon su reunión para poner sobre la mesa las políticas que sus dos países, igual de enfangados en la recesión, defienden para superar la asfixia del déficit y la deuda. De paso, lanzaron un aviso a la canciller alemana: sin un esfuerzo común ningún país, ni siquiera Alemania, se salvará de la crisis.
Consciente de que la falta de financiación estrangula a la economía española, Rajoy pidió, por añadidura, más implicación del presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi. «Ha hecho un apunte que todavía no se ha concretado sobre la posibilidad de financiar a las pymes. Me ha sonado bien y me gustaría que se fuese concretando», señaló en alusión a los estímulos heterodoxos que las pymes esperan del regulador europeo.
El presidente del Gobierno español aprovechó la visita a Madrid de su homólogo italiano para representar la renovación del pacto que selló hace un año con Mario Monti, su antecesor al frente del ejecutivo trasalpino. Un acuerdo que -con el apoyo inestimable del presidente de Francia, François Hollande- permitió a los países del Sur cosechar un éxito incontestable en el Consejo Europeo de junio de 2012, cuando la UE acordó crear la unión bancaria y fiscal.
España e Italia se juegan ahora buena parte de sus aspiraciones en la reunión que los mandatarios europeos mantendrán en Bruselas el 27 y 28 de junio. Rajoy explicó que en el cónclave pedirán a la UE que ponga en marcha «sin dilaciones» las reformas comprometidas durante el último año. «Particularmente la unión bancaria», pero también medidas «por el crecimiento y el empleo, en particular de los jóvenes». «Serían dos pasos muy importantes», resaltó el presidente. La aplicación de esas iniciativas permanece en suspenso por la parálisis política que parece haber impregnado a las instituciones europeas, pendientes de las elecciones alemanas del próximo 22 de septiembre.
Desempleo juvenil
El primer ministro italiano confirmó que España e Italia trabajan ya «en común con vistas al Consejo» de junio en torno a «la unión bancaria y una estrategia decidida para hacer frente al muy grave problema del desempleo juvenil», que en España alcanza al 56% de los menores de 25 años y en Italia roza el 39%, según datos de Eurostat de marzo.
Ambos líderes comparten que, a escala nacional, buena parte de sus deberes en relación con la reducción del déficit y la deuda pública están hechos y que ahora le corresponde a Europa cumplir su parte y poner en marcha los estímulos. «El debate entre austeridad y crecimiento es erróneo, sin austeridad lo único que crecen son los desequilibrios, de ahí que la consolidación fiscal y el crecimiento deben ir de la mano. Solo llegaremos al empleo por la vía de la reducción del déficit», sentenció Mariano Rajoy.
Los dos países trataron de desvincular su alianza de un supuesto frente antialemán. Letta consideró «fundamental» que las decisiones que emanen del próximo Consejo supongan un «esfuerzo de toda Europa». «Seguro que Alemania puede entender que este esfuerzo es en pro de toda Europa y de toda Alemania. Porque si la demanda desaparece en todos los países europeos, nadie por sí mismo se salva», señaló en alusión a una potencial debilidad alemana: que los países del sur dejen de comprar sus productos por estar inmersos en la recesión.
«No es un enfrentamiento con Alemania, hay que buscar soluciones comunes», insistió Letta. Rajoy ahondó en la misma idea: «Si a Italia y a Francia les va bien, a España también, y lo mismo le va a ocurrir a Alemania». Letta añadió otra advertencia a las autoridades germanas ante un eventual fracaso en junio que agrave la recesión: el crecimiento de los movimientos políticos antieuropeos. Roma enmarcó este encuentro en de la gira de Letta por varias capitales europeas -París, Berlín y Bruselas- para reivindicar estímulos al crecimiento. Madrid está en la misma guerra.