Guerra y expolio tras la caida de Sadam Hussein
Cxuando se cumple una década del conflicto, Alfonso Ruiz de Aguirre novela el saqueo de obras de arte en la invasión de Irak.
MADRID. Actualizado: GuardarMientras Bagdad es una pira y la estatua de Sadam Hussein se derrumba, los saqueadores de obras de arte trabajan disciplinadamente a las órdenes de coleccionistas y marchantes. En este escenario el escritor Alfonso Ruiz de Aguirre sitúa su última novela, 'Mañana te salvo yo' (Goodbooks), un relato en el que se entreveran asesinatos, traiciones y expolios culturales, todo un caos en el que asoman los grupos islamistas, la CIA y el Mossad.
Con estos mimbres, Ruiz de Aguirre urde una historia trepidante a caballo entre la novela negra, de aventuras y el thriller. Un enigmático manuscrito capaz de cambiar la historia del islam, causar un cataclismo y encender la llama de la tercera Guerra Mundial añade intriga a las peripecias de la novela, una lectura recomendable para los amantes del mundo de los espías.
Diez años después de George W. Bush ordenara invadir el país y proclamara que se habían cumplido los objetivos del ataque, los efectos de la devastación son incalculables. Aparte de la pérdida de vidas humanas, uno de los episodios más vergonzosos aconteció cuando una turba asaltó el Museo Nacional. Sin embargo, este caos aparente tenía mucho de operación premeditada. «Las piezas habían sido encargadas por los coleccionistas de todo el mundo y las sacaron de allí grupos organizados que tenían información privilegiada», asevera Ruiz de Aguirre, quien subraya que cuando los trabajadores volvieron a sus puestos, ni siquiera quedaban las sillas.
Lo que parecía hordas no eran tales. Los bárbaros sabían muy bien lo que hacían. «Robaron por encargo, destruyeron pistas y salieron con un botín que después vendieron a grandes magnates del mundo civilizado», dice Ruiz de Aguirre, que aduce que los marines se cruzaron de brazos cuando el periodista Robert Fisk, delThe Independent, avisó de la destrucción que se estaba perpetrando en la Biblioteca Nacional y la Biblioteca de las Ciencias del Corán.