El desencanto social y la crisis hunden la afiliación sindical en la provincia
Las centrales UGT y CC OO han perdido desde 2008 un 9% de afiliados en sus filas; lo que equivale a casi 5.000 cotizantes menos en sus arcas
| CÁDIZ. Actualizado: GuardarLos sindicatos mayoritarios pierden gas en la provincia. Se desinflan como globos pinchados en mitad de un temporal. El desencanto social y, muy especialmente, los efectos de la crisis son algunas de las causas que han provocado esta caída. La afiliación ha bajado una media del 9% durante los últimos cuatro años y todo indica que no ha tocado fondo. El aumento del paro en Cádiz, que suma una tasa de desempleo de 41,2%, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre del año, ha dado la puntilla a ese respaldo, vía cuotas, que tenían las centrales sindicales. Los simpatizantes de la clase obrera prefieren en estos momentos recortar gastos, apretarse el cinturón y romper con el carné de afiliado. Resulta muy difícil asumir cada mes una cuota que oscila entre los 3,30 euros, para los jubilados, y 11 euros para los que, por fortuna, cuentan con un puesto de trabajo.
Según los datos recabados por LA VOZ, el sindicato CC OO ha perdido en Cádiz 3.808 afiliados desde 2009. Su censo ha pasado de 34.808 cotizantes a 31.000. Se trata de la primera fuerza sindical de la provincial. En la misma proporción se va desangrando UGT, que ha pasado en el mismo periodo de tiempo (2009-2012) de contar con 28.468 afiliados a disponer de un contingente de 27.319. Distintas fuentes consultadas coinciden en señalar que la principal causa del abandono de militancia no es otra que la situación de paro que vive la provincia con 209.185 desempleados. Sin embargo, esta afirmación, comprensible hasta cierto punto, se complementa con la situación de desapego social que ha generado la crisis hacia el movimiento sindical, amén de los escándalos en los que se han visto salpicados estas organizaciones.
Si analizamos la trayectoria de la afiliación en la provincia, las centrales sindicales UGT y CC OO vivieron su época dorada, precisamente, con el estallido de la crisis. El miedo a perder el empleo o la simple amenaza ante posibles movimientos en la empresa generaron una situación de inseguridad laboral que benefició directamente a los sindicatos. A río revuelto ganancia de pescadores. Esa incertidumbre se tradujo entre finales de 2007 y principios de 2009 en un espectacular incremento de la afiliación sindical en la provincia. Así UGT, por ejemplo, sumó en sus filas entre 2005 y 2008 más de 13.500 afiliados. El estallido de la burbuja inmobiliaria se notó muy especialmente en las oficinas de los servicios jurídicos de ambos sindicatos, que no daban abasto para tramitar tantas demandas de despido.
La situación laboral ha ido a peor tanto en el país y quizás de forma más acusada en la provincia, donde su tejido industrial se encuentra hecho jirones y la inversión para reactivar la actividad económica brilla por su ausencia. Poco a poco esa legión de afiliados ha ido cayendo en acto de servicio. El movimiento sindical ya no es el mismo. Tampoco España se ha caracterizado por una importante afiliación sindical. De hecho, según los últimos datos, sólo un 15% de los trabajadores españoles está afiliado a un sindicato; uno de los porcentajes más bajos de la Unión Europea. Únicamente Estonia, Francia y Letonia registran tasas de sindicación más bajas (por debajo del 10%); mientras que Suecia, Dinamarca y Finlandia encabezan la clasificación con cifras cercanas al 70%.
Las contradicciones
Sin embargo, las centrales mayoritarias no pasan por su mejor momento. Los efectos de la aplicación de la reforma laboral les ha pasado una seria factura. Tanto UGT como CC OO convocaron dos huelgas generales en España contra la nueva regularización laboral impulsada por el Gobierno del PP. La primera protesta tuvo lugar el 29 de marzo de 2012 y la segunda, el 14 de noviembre del mismo año. Ambos sindicatos han hecho una cruzada contra la reforma, a la que consideran el origen de la destrucción de empleo que asola el país. Sin embargo, el conflicto de intereses entre lo que plantea la reforma y los propios sindicatos surgió, precisamente, a finales del pasado año, justo cuando las dos centrales decidieron hacer uso de este texto para sanear sus estructuras. Es decir, los sindicatos se convierten por unos instantes en empresas privadas y utilizan la reforma laboral que tanto han criticado para beneficio propio.
Así, UGT en Andalucía presentó un ERE para 159 empleados y un ERTE para otros 59. En el caso de Cádiz, esta medida afectó directamente a 26 empleados, mientras que el resto de la plantilla provincial ha visto reducida su jornada laboral y su sueldo en un 50%. Esta acción no se ha entendido, aunque la dirección del sindicato la ha justificado de manera reiterada argumentando que la caída de la afiliación y los recortes de subvenciones y programas formativos habían puesto a la organización en una situación límite.
Los escándalos
La misma historia se ha repetido en CC OO. El sindicato anunció a finales del año pasado una regulación de empleo en Andalucía que afectaba a 84 personas, mientras que otras 54 quedaban sujetas a un expediente temporal. El impacto del ERE de CC OO en Cádiz supone el despido de 14 de los 20 administrativos que están en plantilla y la reducción de jornada para tres limpiadoras. Todavía se sigue negociando la salida de estas personas.
Pero la caída de la afiliación es uno de los quebraderos de cabeza de los dirigentes sindicales. El pasado 10 de abril celebró UGT en Madrid su 41 congreso, de donde salió reelegido secretario general de la organización Cándido Méndez. En las vísperas del cónclave se desveló que el sindicato había perdido en toda España en los dos últimos años 40.651 afiliados. De esta forma, el censo general de UGT pasaba de 1.209.651 afiliados de 2010 a 1.169.000. El retroceso de la afiliación preocupa, no sólo por la pérdida de apoyo que evidencia, sino también por su impacto en las cuentas de la organización. El propio Méndez reconoció que ésta era una de las principales causas de la caída de ingresos, además de los recortes en subvenciones públicas. En 2012, el Gobierno recortó sus aportaciones a las centrales sindicales un 20%. El propio Cándido Méndez ha asegurado que el sindicato ingresa vía afiliaciones unos 100 millones de euros, aproximadamente el 72% del total de lo que entra en caja.
La obsesión por captar afiliados también centrará el X Congreso de UGT de Andalucía, que tendrá lugar el próximo 9 de mayo en Sevilla. El líder ugetista de Andalucía, Manuel Pastrana, ha anunciado que no se presentará a la reelección tras 16 años en el cargo y considera que es el momento de un nuevo equipo y de introducir cambios en la organización. Pastrana se apeaba de la carrera por el sexto mandato tras destapar LA VOZ presuntas irregularidades en la gestión de los fondos del sindicato, así como el uso excesivo de la tarjeta Visa en comidas y viajes. Estos movimientos de Pastrana se producían durante los días en que el sindicato preparaba el ERE para 159 trabajadores. El candidato de consenso para liderar la organización en Andalucía es, precisamente, su segundo de a bordo, Francisco Fernández, quien tendrá que fajarse para engordar la lista de cotizantes al sindicato.