Una luz en el laberinto
La confirmación de que Adif pretende deshacerse, vía subasta o concesiones, de sus terrenos e inmuebles en la estación supone una esperanza de desbloqueo
Actualizado: GuardarLa transformación, para su ordenación, de la plaza de Sevilla -entendida como todo el conjunto urbanístico desde la carretera industrial hasta el lienzo de las murallas de las Puertas de Tierra, con todo el conjunto de la estación incluido- es uno de los mayores rompecabezas que tiene planteada la ciudad de Cádiz desde hace más de diez años. Las torpezas de la Junta de Andalucía (con la protección patrimonial de la Aduana Nueva como máximo ejemplo), el bloqueo financiero de las empresas que debían dar contenido comercial o administrativo a los edificios y el retraso inexplicable en proyectos como la nueva estación de autobuses se han sumado durante años para crear una tormenta burocrática perfecta. El resultado es que no se mueve una piedra en lo que va de siglo en una zona destinada a ser el gran nudo de comunicaciones (marítimas, ferroviarias y de automóviles) de la capital gaditana. La confirmación de que Adif (la división de Renfe para los inmuebles y terrenos) pretende deshacerse de todos los solares y edificios alrededor de la estación gaditana, vía subasta o vía concesión administrativa, supone una esperanza.
La situación de bloqueo es tal que cualquier cambio en el paisaje supone una oportunidad de escape, una posibilidad para volver a plantear toda la actuación e impulsar de una vez algún movimiento real. El Ayuntamiento de Cádiz, que siempre ha sido el primer impulsor y el pagano del caos, insiste en su empeño, cree que esta ocasión puedo favorecerlo y está dispuesto a aprovecharla. Es momento de exigir que el resto de las piezas se muevan en la misma dirección.