Economia

Bruselas relaja el déficit español, pero empeora las previsiones del Gobierno

Rehn avala una prórroga de dos años por las «adversas condiciones» y estima una caída del PIB este año peor a la que esperan en Moncloa

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El comisario europeo de Economía y Finanzas, Olli Rehn, confirmó ayer la flexibilización de los férreos objetivos de déficit de España. El también vicepresidente de la Comisión (CE) avaló una prórroga de dos años -hasta 2016- tras constatar las «adversas» condiciones que afronta la economía española para enderezar el rumbo. La relajación, que se ha madurado durante meses, se concretó finalmente durante la presentación de las nuevas previsiones económicas de la CE. Aunque las diferencias son de apenas unas décimas, Bruselas empeoró el panorama perfilado por el Gobierno hace justo una semana.

Rehn justificó la ampliación de los plazos de déficit tras explicar que España cumplía los requisitos exigidos para ello. Según establece la normativa comunitaria, uno de los factores imprescindibles es que la situación económica se agrave y dificulte el saneamiento de las cuentas. Y la propia Comisión respondió a este supuesto con sus previsiones de primavera. Estas apuntan a que la recesión será más profunda este año en el país y provocará una contracción del 1,5%, una décima más de lo estimado a finales de febrero. En cuanto al mercado laboral, sus cálculos también son más pesimistas y se vaticina que la tasa de paro tocará techo con un 27%.

La Comisión mantiene, no obstante, que las perspectivas empezarán a mejorar en la segunda mitad del año. Su interpretación remarca que el deterioro en el Producto Interior Bruto (PIB) se debe en gran medida a un 'efecto arrastre', dado que la economía paga aún los recortes de 2012 como, por ejemplo, la subida del IVA o la reducción de los salarios públicos. Por ello, Bruselas pronostica que trimestre a trimestre la evolución será más «benigna» y la contracción de la demanda «irá moderándose». En 2014, la estimación indica un importante rebote del 0,9% que supera en optimismo al 0,5% calculado por el Gobierno. El mismo fenómeno se repite con el desempleo. A juicio del Ejecutivo comunitario, el paro caerá al 26,4%, tres décimas menos que el Gabinete de Rajoy.

Como ya es tradición, las mayores diferencias entre Bruselas y Madrid afectan a la trayectoria del déficit. En la capital comunitaria se cree que las cuentas públicas cerrarán con un desfase del 6,5% este año y de un 7% en 2014. En ambos casos, los cálculos están muy por encima de los del Gobierno -6,3% y 5,5%, respectivamente-. La Comisión no especificó los nuevos límites tras aplicar la flexibilización, aunque se da casi por hecho que serán los marcados por Rajoy. Rehn, no obstante, quitó hierro a las divergencias y matizó que no se han contabilizado los nuevos ajustes del Ejecutivo, entre ellos la prolongación de la subida del IRPF y los cambios en el impuesto de sociedades.

Satisfacción con las reformas

Aunque la opinión de Bruselas es decisiva, los ministros de Finanzas de los Veintisiete deberán refrendar en las próximas semanas la suavización del déficit. Rehn también había exigido al Gobierno español que acelerara a fondo con las reformas en el campo del empleo y las pensiones, para lo cual el Ejecutivo comunitario seguirá muy de cerca el impacto de las modificaciones introducidas en el mercado laboral. En paralelo, se estudiarán fórmulas alternativas a la revalorización de las pagas de jubilación según el IPC. El comisario solo apuntó que los esfuerzos desde Moncloa están «muy en línea» con lo solicitado. En cualquier caso, emitirá su dictamen final el 29 de mayo, cuando España conocerá su nueva lista de deberes.

En un giro que apunta cada vez más a un cambio en la receta de austeridad a ultranza, Rehn no solo anunció el relajo en el déficit español. También confirmó una suavización de dos años en la meta presupuestaria para Francia y abrió la puerta a medidas similares para Holanda, Eslovenia y Polonia. En el caso galo, la flexibilización llegó con una batería de fuertes críticas y exigencias. El comisario recordó así a París que su capacidad tractora resulta fundamental en la zona euro y le urgió a apretar con la reforma laboral y la de las pensiones para «recuperar competitividad». A su juicio, las previsiones del Gobierno de François Hollande son «excesivamente optimistas», y la duda es si podrá crecer o seguirá en recesión.