Amanecer Dorado agita Atenas con comida solo para griegos

Los neonazis del partido Amanecer Dorado no entienden de altruismos, salvo que el prójimo desmuestre carné en mano que es, sin lugar a dudas, griego. Ahí radica la generosidad de la que presume la tercera fuerza política, que ayer con motivo de la celebración del Jueves Santo Ortodoxo se había propuesto repartir comida en pleno centro de Atenas. Los límites, los de siempre: solo nacionales, abstenerse inmigrantes. De nada sirvieron las advertencias de las autoridades locales al prohibir el acto «por fascista e ilegal». Los organizadores salieron igualmente a la calle y convirtieron la plaza Syntagma en una batalla campal.

Desde primera hora, los agentes antidisturbios se habían apostado en la plaza para evitar la cuestionada entrega de alimentos. Sin embargo, el despliegue no impidió la llegada del camión que transportaba la comida -huevos y carne- y que incluso varios miembros de Amanecer Dorado intentaran descargarlo. Las fuerzas de seguridad tuvieron que recurrir al uso de gases lacrimógenos para dispersar a los neonazis, decenas de los cuales se habían concentrado en la plaza desde las siete de la mañana.

Los esfuerzos de los agentes resultaron prácticamente inútiles. La formación ultra no cedió en su empeño y optó por completar el reparto de alimentos en la sede de su formación, cerca de la estación central de trenes. Cientos de personas acudieron al lugar en busca de provisiones, según afirmó el diario 'Ekathimerini' en su edición digital. Todos griegos, tal y como había exigido el partido como requisito indispensable para recibir la ayuda.

El alcalde de la capital, Yorgos Kaminis, repartía entretanto velas a los niños en una tienda solidaria de Atenas con motivo de la Pascua Ortodoxa. Había sido él precisamente quien ordenó la víspera impedir la concentración. Un motivo suficiente para despertar la furia del diputado de Amanecer Dorado Yorgos Germenis.

El recién erigido político y también bajista de un grupo de 'black metal' -Naer Mataron- decidió vengarse y le lanzó un puñetazo a Kaminis, pero falló y golpeó a una niña de 12 años. Visiblemente irritado, se llevó la mano al bolsillo, donde guardaba un arma, pero fue reducido en ese instante por los responsables de seguridad, según relataron varios testigos a medios de comunicación.