Dennis Hopper, el agitador
Una muestra de 159 piezas, la mayoría de ellas fotografías, subraya el papel que jugó el intérprete en la revolución cultural de los años 60 El Museo Picasso de Málaga desnuda a la figura más allá de su oficio de actor
MÁLAGA. Actualizado: GuardarSucede a veces que los pequeños -y grandes- contratiempos de la vida lo sitúan a uno en la senda definitiva del éxito. En el caso de Dennis Hopper (1936-2010), ese revés vital fueron los problemas de salud de uno de sus hermanos, que obligaron a sus padres a huir de las insoportables tormentas de arena que castigaban su Kansas natal. Quién sabe, puede que en otras circunstancias esa familia humilde que en los años 30 y en plena depresión económica puso rumbo a la soleada California no le hubiera podido ofrecer al pequeño Dennis el atractivo futuro que se abría ante sus ojos. Antes de aquello, la única luz que vieron esos mismos ojos fue la del cine que devoraba en casa.
Su camino empezó a los nueve años, en la Nelson Art Gallery de Kansas City, donde compaginó las clases de arte e interpretación. Pero fue su encuentro con el inolvidable James Dean en dos películas de culto -'Rebelde sin causa' (1955) y 'Gigante' (1956)- el que le puso en la senda de la fotografía, disciplina que hasta el momento Hopper solo contemplaba como afición. La cámara que le regaló su mujer, Brooke Hayward, en 1961 fue el impulso definitivo. Unos pocos años después ya era actor, director, fotógrafo, artista y coleccionista de arte, facetas que ahora explora el Museo Picasso Málaga en su nueva exposición temporal, 'En el camino'.
Este camino lo recorre la pinacoteca en cuatro etapas que documentan al detalle cuál fue el papel que jugó Hopper en la revolución cultural de los años 60 y que lo han convertido, más allá del cine, en una referencia de la segunda mitad del siglo XX. El espectador comienza el recorrido topándose con una imponente Harley Dadvison, en un guiño a esas ansias de libertad que fueron el motor de su vida y de su obra y que lo consagraron en títulos como 'Easy Rider. Buscando mi destino' (1969).
La primera sala deja constancia «de su fascinación por la fotografía», en palabras del director de la pinacoteca, José Lebrero, responsable además de la selección de las 141 instantáneas en blanco y negro de un fondo de más de 10.000 que pertenece a la Fundación The Dennis Hopper Art Trust. Escenas urbanas, anónimas y cotidianas de las calles de Nueva York comparten pared con los retratos de sus amigos actores y artistas, como Jane Fonda, Paul Newman, Tina Turner, Andy Warhol, Marcel Duchamp e incluso Martin Luther King.
Música y cine
El capítulo audiovisual y musical lo resuelve el montaje gracias a la Cinemathèque Française en una evocadora sala que incluye casi una decena de pantallas de televisión. En ellas se proyectan de modo simultáneo fragmentos de películas, entrevistas o programas de televisión.
Su legado artístico, acaso el más desconocido, se ha convertido además en uno de los mayores motivos de orgullo para la familia de Dennis Hopper, en especial para su hija Marin, que ayer hacía los honores inaugurando la exposición y que incluso aparece como improvisada modelo cuando era apenas un bebé en una de las fotografías de su padre. «Era cariñoso y familiar, y parte de la belleza que se perciben en sus fotografías se deben a esa sensibilidad extraordinaria, más allá del icono macho y aventurero», observó Marin, que recorrió la exposición acompañada por Bernard Ruiz Picasso, cuya Fundación Almine y Bernard Ruiz Picasso para el Arte (FABA) ha sido otro de los motores del montaje.
Este genio artístico al que se refiere la hija del autor sorprende al espectador en la tercera parada de 'En el camino', un espacio que documenta al 'Hopper artista' a través de siete piezas firmadas por él y que muestran influencias asbtractas, pop y conceptuales. Esos son también los pilares de la deliciosa selección que cierra el recorrido y que presenta nueve obras de autores que coincidieron -y agitaron- con él: Rober Rauschenberg, Ed Ruscha, Roy Lichtenstein, Claes Oldenburg, Andy Warhol y Tom Wesselman.