Los agentes económicos expresan su decepción ante las reformas
Mariano Rajoy se declara «profundamente insatisfecho» ante la elevadísima tasa de paro y las previsiones de PIB
MADRID. Actualizado: GuardarMalestar, chasco, decepción. Son algunos de los adjetivos utilizados en privado por empresarios y banqueros a la vista del plan de reformas y del nuevo cuadro macroeconómico aprobados por el Gobierno el pasado viernes. Ni el paquete de medidas ni las pésimas proyecciones a futuro -tasas de crecimiento mínimas y niveles de paro del 25% hasta 2016- han colmado las aspiraciones de los grandes agentes económicos, cuyos postulados se alejan ya de la pura austeridad y demandan un cambio de políticas. Mariano Rajoy reconoció estar «profundamente insatisfecho» con las cifras de paro y crecimiento, pero aseguró que España está «en el umbral» de revertir esa situación.
El origen de las críticas al Ejecutivo radica en el camino elegido para curar a la economía española. Fuentes del sector financiero aseguraron que existe «decepción» entre los banqueros porque Rajoy no se ha atrevido a atacar al que ahora ven como principal mal de la economía española: el elevado gasto derivado de una administración sobredimensionada y organizada en varios niveles, que a veces se solapan. «En vez de actuar ahí, nos hemos encontrado con más de lo mismo, otra subida de impuestos que hundirá más el consumo», lamentaron las fuentes consultadas.
La banca asegura que las grandes empresas, que son sus principales clientes, comparten ese análisis. Ningún gran empresario, avisan estas fuentes, pide ya recortes traumáticos del gasto en políticas de bienestar o prestaciones públicas, como los acometidos en 2012. «Iría en contra de sus intereses, porque ahora las empresas necesitan que los ciudadanos puedan comprar sus productos». De ahí que también los directivos de las grandes compañías esperaran del Ejecutivo medidas encaminadas a evitar solapamientos entre administraciones, el destierro de los gastos superfluos o redundantes y, en definitiva, eliminar los 'michelines' del Estado.
Incentivos
Hubo incluso quien fue más alla. El presidente de la constructora Acciona, José Manuel Entrecanales, llegó a pedir a Mariano Rajoy que inste a Europa y en particular a Alemania a introducir «estímulos anticíclicos» a la inversión, sobre todo en infraestructuras, entre las que citó el sector del agua, transporte ferroviario de mercancías, interconexiones eléctricas con Europa y eficiencia energética. «Sería un importante revulsivo para el crecimiento y la creación de empleo», aseguró.
Entrecanales dejó clara su oposición a las últimas medidas tributarias del Ejecutivo, que incluyen la supresión de cuantiosas deducciones de las que ahora se benefician las mayores empresas. Pidió «un marco fiscal estable»y que «favorezca el crecimiento». «No podemos correr el riesgo de que no compense invertir», recalcó ante Rajoy en la clausura de la asamblea del Instituto de Empresa Familiar.
El presidente del Gobierno recogió el guante, pero desactivó cualquier falsa ilusión de inversión en infraestructuras. «Cuando el Gobierno tenga la mínima posibilidad de hacerlo, lo haremos», señaló, tras puntualizar que en este momento no es factible porque «la situación nos ha obligado a una reducción muy fuerte del gasto público».
Rajoy declaró estar «profundamente insatisfecho» con las cifras de paro (27,16%, según la EPA) y de crecimiento. Atribuyó esos fenómenos a los «importantes desequilibrios» que arrastraba la economía española y que -aseguró- están corrigiendo sus políticas. Una vez eliminados, «vendrán el crecimiento y el empleo». «Se trata de hacer las cosas bien para que podamos modificar pronto al alza esas previsiones», recalcó.
El jefe del Ejecutivo ve «capital» resolver «el problema del crédito» para que las empresas vuelvan a invertir. En materia de impuestos explicó que «no sería bueno» aplicar ahora una bajada porque España «tiene que sanear su economía».