Rubalcaba acusa a Rajoy de «no saber qué hacer» con un país en «emergencia nacional»

«Incapaz». Es el adjetivo con el que ayer los líderes de las principales formaciones de la izquierda parlamentaria, Alfredo Pérez Rubalcaba, por el PSOE, y Cayo Lara, por IU -en línea con lo apuntado desde otras fuerzas políticas y los sindicatos- valoraron la actuación del Gobierno con Mariano Rajoy a la cabeza, a la vista de las malas previsiones macroeconómicas para los próximos cuatro años y la aparente ausencia de nuevas medidas que ayuden al crecimiento en el último paquete de reformas remitido por España a la Comisión Europea. Para el jefe de la oposición, con el «patético resultado» del Consejo de Ministros celebrado el viernes, el presidente viene a reconocer «paladinamente que no sabe qué hacer con España ni cómo salir de la crisis, ni tampoco sabe cómo crear empleo».

Con ironía y sentido figurado, Pérez Rubalcaba usó un mitin celebrado en Extremadura para contar lo que, en su opinión, realmente quisieron decir los tres miembros del gabinete que comparecieron tras el Consejo. El primero -relató-, Montoro (ministro de Hacienda), vino a admitir que «nos sentimos impotentes»; el segundo, De Guindos, señaló que «somos incapaces», mientras la vicepresidenta apostilló que «nos rendimos». Y es que, a juicio del líder socialista, resulta inconcebible que «un Gobierno pueda salir a decirles a los españoles que acabará la legislatura con peores datos de empleo de los que empezó».

«¿Cómo puede pedirles sacrificios a los españoles cuando lo que les está dando es desesperanza?», se preguntó el responsable del PSOE a la vista de que entre las pocas novedades del programa presentado el viernes figuran más subidas de impuestos (IRPF y tributos especiales) y nuevos gravámenes (relacionados con el medio ambiente). En este sentido, emplazó a Rajoy a advertirle a la presidenta alemana, Angela Merkel, de que «los españoles ya no podemos más y estamos cada vez más euroescépticos». «Tiene que decirle -enfatizó su discurso- que esa política de austeridad suicida nos está llevando a una situación dramática y se corre el riesgo de dar al traste con la cohesión social europea, creando una frontera norte y sur».

Alternativa y elecciones

En esta tesitura, Pérez Rubalcaba ofreció la «ayuda» de su partido al presidente para «afrontar una tarea de emergencia nacional», al tiempo que exigió a Rajoy que deje de referirse a los 6,2 millones de parados como una herencia del pasado. «Esta cifra es suya -aseveró-, porque con usted se han destruido 800.000 puestos de trabajo». En ese sentido, mañana presentará su plan alternativo con lo que «se tiene que hacer en la economía española» para crecer y crear empleo, así como luchar de forma decidida contra la exclusión social que va ganando terreno.

En un tono similar, el coordinador general de Izquierda Unida, Cayo Lara, reclamó la dimisión de Rajoy al frente del Ejecutivo por «estafa electoral». Y es que, según dijo en un acto en Galicia, el líder del PP no ha cumplido su programa y «ha engañado al pueblo». A su juicio, la falta de respuesta gubernamental al desempleo, «el principal problema» del país, además de mostrar «insensibilidad» y «robar todo atisbo de esperanza» a la sociedad, evidencia que «en términos de progreso la legislatura ya ha terminado y solo queda convocar elecciones generales».

Desde las filas del PP y el propio Ejecutivo, la visión sobre la actuación gubernamental es diametralmente opuesta. Así, para el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, el gabinete dirigido por Rajoy ha realizado «importantes» cambios en los últimos años y seguirá en esa línea. «Queda mucho por hacer y las reformas no tienen épocas», apuntó ayer, de modo que «hay que hacerla con bonanza o en la adversidad».

En cuanto a la salida de la crisis, Beteta abundó en el discurso del Gobierno. España la dejará atrás a finales de año, porque los indicadores adelantados son «positivos», y «caminará en la senda de la recuperación económica» a partir de 2014. A este respecto, el vicesecretario general de Organización del PP, Carlos Floriano, señaló que el camino emprendido es el adecuado para que «los datos malos de paro se conviertan en buenos en el futuro». Sin embargo, la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, prefirió ver el problema de forma distinta: «El número creciente de jóvenes españoles que tienen buenos trabajos en el extranjero tendrá un efecto muy positivo» en la economia española.