Rajoy garantiza que su plan de reformas no incluirá subidas de impuestos
El Gobierno quiere compensar la caída de ingresos con el mayor margen de déficit y ajustes en «algunas partidas» de gasto
Actualizado: Guardar«No hay impuestos el viernes». Con esa lacónica frase y en los pasillos del Congreso quiso Mariano Rajoy tranquilizar al país y despejar algunos de los temores que suscita la inminente aprobación del Plan Nacional de Reformas, que el Ejecutivo ultima para su envío a la Comisión Europea junto con una revisión a la baja de las previsiones de crecimiento del PIB. Descartados los ajustes en los grandes tributos, como el IVA o el IRPF, que sustentan el grueso de los ingresos, la incertidumbre se traslada ahora al presupuesto de gastos, donde el Gobierno admite que habrá recortes en «algunas partidas».
¿Cuáles? Según las fuentes del Ejecutivo consultadas, se decidirá hoy en el seno de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, que preside Rajoy y a la que asisten los ministros de Economía, Hacienda, Industria, Empleo y Fomento.
Las perspectivas son pésimas. A corto plazo, el equipo económico del presidente se enfrenta en 2013 a un desplome de la actividad que como mínimo duplicará (podría llegar a triplicar) el 0,5% estimado en otoño pasado, cuando se aprobaron los Presupuestos. El ministro de Economía, Luis de Guindos, adelantó hace unos días que baraja un retroceso de entre el 1% y el 1,5% del PIB.
Frente a ese horizonte sombrío, el Ejecutivo juega con tres elementos de ajuste para introducir cambios que conjuren el peligro de que las cuentas públicas se conviertan en papel mojado. El principal es el balón de oxígeno que supondrá el mayor margen temporal para cumplir los objetivos de déficit que Bruselas previsiblemente concederá a España a finales de mayo.
El Gobierno ya cuenta con esa manga ancha a la hora de diseñar su estrategia, según fuentes del Ministerio de Hacienda. «Revisar al alza la caída del PIB implica, indirectamente, que los ingresos serán menores, pero al mismo tiempo se juega con un objetivo de déficit más holgado, que alivia la necesidad de recaudar fondos para cuadrar las cuentas», detallaron esas fuentes.
Compensada, aunque sea en parte, la caída de los ingresos por un déficit menos asfixiante -Bruselas podría agrandar en un punto porcentual, sobre el 4,5% previsto, el margen permitido este año- a Rajoy le quedan dos mecanismos para ajustar y arañar décimas a los números rojos: subir impuestos o reducir gasto. Y sus propias palabras sugieren que se decantará por lo segundo.
El presidente avanzó en el Congreso que es «probable» que haya recortes en determinadas partidas. Pero insistió en que no serán tan drásticos como los aplicados en 2012, que supusieron un tajo de 13.000 millones al gasto. Las fuentes consultadas aseguraron que la Comisión Delegada de Asuntos Económicos decidirá qué ministerios resultarán más afectados. «Unos tienen más margen que otros», recalcaron. En todo caso, el ajuste no será «tan drástico» como el del año pasado. La responsable de Empleo, Fátima Báñez, comunicó a los sindicatos que el plan de reformas no incluirá recortes en partidas sensibles como pensiones o desempleo.
Tensiones
A menos de 48 horas para la reunión del Consejo de Ministros, y ante el miedo a que el plan de reformas derivase en otro viernes 'negro' para el Estado de Bienestar, las principales tensiones que sacuden la calle -desahucios, escraches, paro y austeridad- se trasladaron al Congreso. El diputado de Compromís-Equo Joan Baldoví protagonizó el mayor incidente cuando, durante una pregunta a Rajoy sobre su política para frenar los embargos, se quitó la chaqueta y la corbata y se desabrochó los botones de la camisa para mostrar una camiseta con el lema 'Stop desahucios'. «Su preocupación no es ayudar a la gente, su preocupación es que la banca no pierda», le espetó al jefe del Ejecutivo.
Previamente, había recriminado a Rajoy haber «desvestido» de su contenido la iniciativa legislativa popular para cambiar la ley hipotecaria que llegó a la cámara respaldada por millón y medio de firmas. «Me quedo con las personas que llevan esta camiseta. Mírelas, porque va a verlas muchas veces, no son terroristas, no son nazis, son personas honradas, dignas, solidarias, que luchan por una causa justa», reivindicó el parlamentario.
El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, pidió a Rajoy que presente «un plan para crecer y no para recortar más» y que de «un respiro a la gente que lo está pasando muy mal». El presidente reconoció que 2013 «no será bueno» en términos de paro, pero será «menos malo» que los años anteriores.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, lanzó un mensaje optimista: «La economía española va a estar en marcha mucho antes de lo que esperamos». Por su parte, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, recordó que es «responsabilidad de todos» los partidos mantener la paz social.