Los Tsarnáev odiaban a los estadounidenses
Un tribunal civil juzgará a Dzhojar, que fue interrogado en el hospital, por los atentados de Boston
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarAcababan de matar a un policía a sangre fría, pero al propietario del coche que secuestraron le perdonaron la vida. ¿Por qué? Porque no era estadounidense. Eso es lo que ha concluído el hombre, en un intercambio de correos electrónicos con la cadena Fox. Los amigos de Dzhojar Tsarnáev sabían que odiaba las políticas de EE UU, pero hasta lo ocurrido en Boston creían que su odio era contra el Gobierno, no contra todos los estadounidenses.
El propietario de un Mercedes fue el último que el jueves habló con los hermanos Tsarnáev. A él le confesaron la autoría de los atentados, probablemente para intimidarle más de lo que ya lo hacía la pistola con la que le apuntó Tamerlán Tsarnáev. «¿Has oído hablar de los bombazos en el maratón?», le preguntó. «Yo lo hice», afirmó. Por si le quedaban dudas, sacó el cargador y le mostró las balas. «Voy en serio», le advirtió.
Según el relato presentado por la Fiscalía en los tribunales, Tamerlán obligó al conductor a llevarle a recoger a Dzhojar. Guardaron algo en el maletero y el de la pistola tomó el volante, mientras que el joven del jersey con capucha le vigilaba desde el asiento de atrás.
Querían dinero, pero el hombre solo llevaba 45 dólares (35 euros) encima, así que le exigieron la tarjeta del cajero y el número de clave, con el que Dhzojar sacó el máximo, 800 dólares (unos 613 euros). Después pararon en una gasolinera y «la víctima logró escapar», dice la declaración jurada del agente del FBI Daniel Genck, presentada por el fiscal. Dentro del vehículo quedó el móvil del conductor, que sirvió a los agentes para localizar el coche, en el barrio de Watertown, donde se concentró la cacería. Desde el vehículo lanzaron «al menos dos artefactos explosivos», antes de bajarse y enzarzarse en un tiroteo.
Según el comisionado de Policía de Boston, Ed Davis, uno de los policías de Watertown tuvo la idea de meterle la marcha al coche y dejarlo avanzar vacío hacia los fugitivos, con la esperanza de que estos le creyeran dentro. Tamerlán cayó en la trampa, disparó sobre el vehículo y luego avanzó a tiros hacia los agentes. Fue ahí cuando se le acabó la munición y la vida.
Mientras le esposaban, su hermano Dhzojar se puso al volante y aceleró para arrollarlos. Según Davis y algún testigo, los tres agentes se apartaron, pero no su hermano malherido en el suelo fue arrastrado varios metros. Los médicos que le atendieron en el hospital dijeron al Boston Herald que no habían visto heridas coincidentes con un atropello. Tenía tantas en el torso que no lograron dirimir cuál le provocó la muerte.
Dhzojar abandonó el coche unas manzanas más abajo y huyó a pie, con heridas de bala en la cabeza, el cuello, la mano y la pierna. Dentro del vehículo dejó al menos dos artefactos explosivos y los restos de los que habían hecho explotar durante la persecución. El FBI investiga si el plan era usarlos para otro atentado, dado que el propietario del coche secuestrado les oyó hablar de Manhattan durante su conversación en un idioma extranjero. El domingo, en la habitación de la Universidad de Massachusetts Darmouth en la que vivía Dhzojar, el FBI encontró la ropa que vestía el día del maratón y fuegos pirotécnicos.
Ejecución o cadena perpétua
Intubado, pero alerta, según las notas de la asistenta del juez, Dzhojar Tsarnáev se enfrentó ayer por primera vez a la Justicia en su habitación del Centro Médico Beth Israel Deaconess. Se le acusa de «conspiración para usar armas de destrucción masiva contra personas y propiedades dentro de EE UU causando la muerte», lo que autoriza la pena de muerte o cadena perpetua.
En presencia de un abogado de oficio, el joven respondió con la cabeza a las preguntas del juez. El FBI solo ha tenido pequeños intervalos, autorizados por los médicos, para interrogarle de la misma manera. Los expertos advierten que nada de lo que les haya señalado antes de que se le leyeran sus derechos podrá ser utilizado contra él en un juicio.
Muchos senadores republicanos pidieron que el joven, de 19 años, nacido en Kirguistán y criado en EE UU desde los 8, fuese declarado «combatiente enemigo» y juzgado en Guantánamo por un tribunal militar, pero la Casa Blanca fue tajante. «Hemos utilizado el sistema de tribunales federales con éxito para condenar y encarcelar a cientos de terroristas», afirmó el portavoz. Tsarnáev es ciudadano estadounidense desde el 11-S del año pasado.
La Fiscalía, que presentó cargos similares a los del autor de los atentados de Okla-homa, Timothy McVeigh, ejecutado en junio de 2001, no le ha acusado del asesinato de un agente del Instituto Tecnológico de Massachusetts.