CUENTAS Y CUENTOS
Actualizado: GuardarCuando mañana martes Pepe Caballero Bonald suba al paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares para recoger el Premio Cervantes, la cultura andaluza lo hará con él. Aunque el autor jerezano nunca ha querido poner puertas al campo de las Letras, sobre todo cuando éstas son reduccionistas, y hasta peyorativas (por ejemplo, la novela 'de mujeres'), su obra describe, comprende y establece una imagen de Andalucía con un mix de ingredientes: mítica pero cosmopolita, honda y humana, crítica y rebelde, marinera, vinatera, gozadora.
Coincide este Cervantes con el lanzamiento del Pacto Andaluz por la Cultura, que quiere reactivar un sector en el que se unen cuentos y cuentas. Es decir, valores, educación y formación con empresa, empleo y negocio. Hay un 3% del empleo de la comunidad, 115.280 puestos exactamente, en un sector con 40.000 empresas, dice la contabilidad regional. Más que la agroindustria, añaden, que es un sector puntero.
Una de las grandes novedades del pacto es la inclusión del periodismo entre sus ejes de actuación. No sólo porque el periodismo es cultura, y hay pruebas, no sólo porque es un sector crítico y necesitado de apoyo, como todos los que claman contra el IVA cultural, es que resulta un contenedor y una vía de acceso a los bienes culturales de primera magnitud, la principal, si me apuran.
Además, es crucial considerar que la alianza con los medios de comunicación resulta esencial para fraguar esa imagen potente de la cultura andaluza que se quiere conseguir como objetivo fundamental en este pacto, no sólo porque lo merece, sino porque esa 'marca', como ahora se gusta decir, ha de reportar beneficios contables.
El pacto, en este sentido, debe abrir sus miras y buscar aliados más allá de Despeñaperros, donde aún queda por difundir y defender una idea de Andalucía alejada de los tópicos, esa que periódicamente humillan portavoces diversos con una alegría que resulta insultante y al menor pretexto.