«Esta no es una película de mitos y héroes, sino de personajes que dudan»
'En el camino', basada en la mítica novela de viajes del mismo nombre de Jack Kerouac, llega al cine después de cinco décadas de intentosWalter Salles Director de cine
Actualizado: GuardarLa novela 'En el camino', de Jack Kerouac, una de las novelas más legendarias e influyentes del siglo XX, icono y manifiesto de la generación 'beat' y del underground americano de posguerra, ha sido adaptada al cine después de medio siglo de intentonas desde que se editó por primera vez en 1957. Kerouac narra sus viajes a lo largo y ancho de EE UU y México.
La novela que popularizó la Ruta 66 y el jazz, ha sido llevada al cine por el brasileño Walter Salles ('Diarios de motocicleta'), que junto a Francis Ford Coppola en la producción y Kristen Stewart, Sam Riley, Garret Hedlund, Kirsten Dunst en el reparto, con cameo de Viggo Mortensen incluido, ha realizado una adaptación que se antojaba imposible. El filme llega hoy a los cines.
-¿Cuál fue su primer acercamiento a la novela de Jack Kerouac?
-'En el camino' fue una revelación, una obsesión de juventud. La descubrí en los setenta, en mis años de universidad en Brasil, durante la dictadura militar. Entonces no había libertad de expresión, y 'En el camino' estaba prohibida. Lo que los personajes de la novela vivían era el contra plano de nuestras vidas. Se convirtieron en héroes en Brasil para mi generación. Los personajes estaban en busca de todas las formas posibles de libertad a través del movimiento, del sexo, de las drogas, y esa búsqueda tenía un objetivo mayor: el de expandir su compresión del mundo. La mía no es una película de mitos o héroes, sino de personajes que dudan.
-¿Cómo preparó esta adaptación?
-Me contactó Coppola porque tenía los derechos desde 1979. Al ver 'Diarios de Motocicleta' quiso que lo hiciera yo, pero le puse la condición de que antes quería hacer un documental. Durante 4 años viajé por EE UU siguiendo los pasos de Kerouac y Neal Cassady en sus viajes de finales de los cuarenta. Me dediqué a investigar a la generación 'beat', hablando con los poetas que quedan, como Lawrence Ferlingheti. Son los octogenarios más jóvenes que he conocido, gente que mantuvo su integridad, así como la idea de que es necesario vivir cada momento como si fuera el último. Las revoluciones de los sesenta y setenta no hubieran sido posibles sin que esa generación de intelectuales tan valiente y generoso. El documental me hizo comprender que el fenómeno 'beat' solo fue posible porque la mirada de la mayor parte de esos poetas era una mirada de hijos de inmigrantes tratando de comprender América.
-¿Cómo se enfrentó al reto de pasar a imágenes una novela tan importante?
-Lo más importante era traducir esas formas diferentes de búsqueda de la novela y también ese punto de inflexión que se vive cuando se pasa de la juventud a la edad adulta. Y comprender que la novela está en el punto de confluencia de lo que fue vivido y lo que fue imaginado por Kerouac. También la improvisación es clave en la novela, como en la rítmica del jazz y el bebop. En el rodaje fue básico dar pie a la improvisación de los actores. No puse reglas rígidas, dejé que la cámara capturara lo que pasaba.
-Ha pasado de 'Diarios de Motocicleta' a 'On The Road', ¿por qué le interesa tanto el cine sobre los viajes?
-Primero porque soy brasileño y somos un país de migración, externa e interna. La olas sucesivas de migración cambiaron y continúan cambiando la identidad del país. Por eso hay una tradición de 'road-movies' en Brasil. Es una forma de capturar una identidad en construcción en la que estamos inmersos. A eso se suma una inclinación personal: viví muchos años viajando. Mi padre fue diplomático y cambiábamos de país cada dos años por sus destinos. El movimiento es parte de mi historia.