Apuntes

Tranquilidad en el sector del metal

La desconvocatoria de la huelga ha permitido a Navantia recuperar los contratos de reparación que estaban en el aire y, al mismo tiempo, atar otros para el próximo otoño

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La conflictividad laboral no es buena. Daña la imagen de la provincia y perjudica los intereses económicos. En la negociación del convenio del metal, las dos partes (patronal y sindicatos) llevaban razón, pero la intransigencia de unos y de otros han puesto al límite a varias empresas de la Bahía con motivo de las huelgas anunciadas. Una de la más tocadas ha sido la propia Navantia, que en menos de un mes ha visto cómo dos contratos de reparación se hundían sin posibilidad de dar marcha atrás. Iberocruceros no quiso arriesgar y se llevó a Marsella la reparación del 'Grand Holiday', mientras que la naviera AMI optó por cancelar en Cádiz la reparación de uno de sus cargueros. Los contratos que estaban firmados y que tanto trabajo habían costado estaban en el aire. Sin embargo, la mediación del Consejo Andaluz de Relaciones Laborales y la voluntad de las partes implicadas en el conflicto han permitido alcanzar un acuerdo para anular los paros y renegociar el convenio del metal con más tranquilidad y, sobre todo, sin presiones por las amenazas de huelga. La patronal insiste en que el convenio actual, que lo ha prorrogado hasta final de año, está obsoleto y resulta poco competitivo. Es decir, los sueldos en el sector del metal de la provincia no corresponden a la realidad y son muy superiores al resto de convenios del ramo de otros países. Esta circunstancia nos relega. Los empresarios quieren aprovechar la ocasión para elaborar un nuevo convenio, acorde con las circunstancias. Los trabajadores están de acuerdo, pero no a costa de fulminar las conquistas sociales logradas durante años. Son partidarios de la congelación salarial. El triunfo de la negociación radica en el equilibrio.