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«Ha sido como una bomba nuclear»
La explosión de una planta de fertilizantes arrasa 80 casas en la ciudad texana de West y deja al menos 5 muertos y 160 heridos
Actualizado: GuardarLa pequeña localidad de West, en Texas, vivió el miércoles su peor pesadilla cuando estalló la fábrica de fertilizantes del pueblo, que da trabajo a casi 500 personas. «Ha sido como una bomba nuclear». Tommy Muska, el alcalde, describió así la potente explosión que arrasó la fábrica y unas 80 casas y ha dejado al menos cinco muertos y más de 160 heridos, algunos en estado crítico.
La emergencia había comenzado al anochecer, cuando se declaró un incendio en la planta que obligó a desplazar a un equipo de bomberos voluntarios. El alcalde iba con ellos. En menos de diez minutos, a las 19.53 (2.53 de la madrugada en España) se produjo un estallido en la fábrica que se sintió en 80 kilómetros a la redonda y ocasionó un movimiento telúrico de magnitud 2,1, según informó el observatorio geológico de Estados Unidos. Muska reconoció que la onda expansiva le había arrancado el casco. Tuvo suerte, varios de sus compañeros perdieron la vida en el acto.
Un testigo de la explosión, Bill Bohannan, que en ese momento estaba de visita en casa de sus padres, cerca de la planta, aseguró a la prensa local que la explosión fue «devastadora». «Dije, esto va a explotar... Y les pedí a mis padres que entraran dentro del coche. Estaba de pie junto a mi coche con mi novia, a la espera de que mis padres saliesen y (la planta) explotó. Nos golpeó contra el auto». Como él, varios vecinos sufrieron dentro de sus casas los efectos de la onda expansiva, que arrancó puertas y ventanas. Crystal Anthony, que integra la junta del distrito escolar de West, contó a la CNN que ella y su hija fueron «arrojadas» al suelo por la fuerza de la explosión.
Operativo de socorro
En los alrededores, dos edificios habían centrado la atención de los servicios de protección civil. La escuela, que en aquellos momentos se encontraba vacía, y una residencia de ancianos que el propio director, George Smith, se había encargado de desalojar cuando vió las proporciones que tomaba el incendio. Además, las autoridades evacuaron a casi la mitad de los 2.800 habitantes de la localidad. Por ese motivo la mayoría de las víctimas mortales de las que en un principio se tuvo noticia pertenecían a los equipos de emergencia, mientras siete enfermeras de la residencia y cuatro bomberos habían sido dados por desaparecidos, según informó el director del sistema de emergencias de West, George Smith. No se dieron datos sobre cuántos empleados había en la planta, que daba trabajo a entre 300 y 400 personas según distintas fuentes.
Más de 700 policías, paramédicos y voluntarios se organizaron para rastrear casa por casa para encontrar supervivientes y rescatar heridos. «Vamos a buscar por todas partes, vamos a hacer que todo el mundo esté contabilizado. Esto es lo más importante en estos momentos», dijo el alcalde Muska. En declaraciones a la CNN, el director de la residencia apuntó que había «gente atrapada en las casas. Necesitaremos maquinaria pesada para remover los escombros y que nos envíen equipos para búsqueda», pedía George Smith. El esqueleto de un edificio de 50 apartamentos permanecía en pie como trágico símbolo del alcance del siniestro.
Teresa Wallace y su sobrina pudieron evitar lo peor de la explosión y recibieron la orden de evacuar su domicilio antes del amanecer. «La puerta del garaje y la chimenea hicieron implosión, pero permanecimos en el interior de la casa hasta que la Policía vino a golpearnos la puerta», señaló la mujer. Durante todo el día se intensificó la búsqueda entre los escombros y crecía el temor a encontrar cadáveres entre los restos.
El sargento de la Policía de Waco, William Swanton, indicó que están tratando el lugar de los hechos como la escena de un delito. «No estamos indicando que sea un crimen, pero no lo sabemos», dijo, aunque precisó que «no hay ninguna indicación que haga pensar que no ha sido un accidente tras el fuego». La investigación correrá a cargo de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), que envió un equipo nacional de respuesta. Según la portavoz de ATF, Franceska Perot, la unidad incluye a investigadores de incendios, expertos en explosivos, químicos y unidades caninas.
Según, la Agencia de Protección ambiental de Texas, Fertilizantes West había indicado recientemente que no presentaba un peligro de incendio o explosión, según el 'The Dallas Morning News'. La empresa tenía en esa planta 24,5 toneladas de amoniaco, y que lo peor que podría ocurrir era un escape de unos 10 minutos de amoniaco.
El presidente Barack Obama ofreció ayer todo el apoyo del Gobierno a las autoridades locales. «Una comunidad muy unida ha sido sacudida y personas buenas y trabajadoras han perdido la vida», dijo Obama. «Nuestras oraciones están con el pueblo de West».