Nicolás Maduro muestra una fotografía de José Luis Ponce, uno de los jóvenes chavistas fallecidos. :: REUTERS
MUNDO

Nicolás Maduro se radicaliza en vísperas de la toma de posesión

El presidente electo de Venezuela acusa a Capriles de ser un «fascista» que responde a sus «dueños estadounidenses»

LA HABANA. Actualizado: Guardar
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Las autoridades venezolanas ha nombrado un equipo para dar con los responsables de la ola de violencia que dejó nueve muertos en las filas chavistas tras las elecciones del domingo. Mientras y, aunque el ajustado resultado de los comicios invitaría a pensar en un acercamiento hacia los perdedores, el presidente Nicolás Maduro, que hoy jurará su cargo, dejó claro que «no pacta con la burguesía» y que «si quieren violencia lo que podemos hacer es radicalizar la revolución». La oposición, que presentó la impugnación oficial de los resultados, mantiene los cacerolazos, aunque algunos grupos siguen atacando instalaciones chavistas. El Gobierno acusa a Capriles de ser responsable de la violencia, la xenofobia y de ser un fascista, que responde a «sus dueños estadounidenses».

Maduro advirtió de que se actuará legalmente ante los hechos vandálicos. «Los fascistas que atacaron están identificados. He ordenado al Cicpc (Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas) agilizar la captura de los asesinos que actuaron bajo las órdenes de quienes actuaron contra el pueblo el 15 de abril al desconocer los resultados electorales», añadió.

Los muertos fueron declarados «héroes» y «mártires de la Revolución» porque «han puesto lo único que tenían, su cuerpo, su vida para defender esta patria (.) Hace 12 años nos tocó con lanzas y el día de hoy nos toca con nuestro espíritu». Por momentos amoroso, por momentos conciliador, Maduro se refirió al «amor», a la «paz» -una de las palabras más mencionadas desde las dos filas- pero agradeció a sus seguidores que su «respaldo» contra el golpe fascista. El «hijo de Chávez» anunció que el lunes empezará su «Gobierno de calle». Tiene previsto viajar con ministros, gobernadores y alcaldes por todo el país. «Vamos a recorrer la patria entera para ver los temas fundamentales y consolidar las líneas que hemos planteado como el Movimiento por la Paz y la Vida y el cese la violencia», dijo.

Relación con Cuba

Ayer informaban del ataque de antichavistas a un centro de la misión Vivienda, que se suma a los cacerolazos nocturnos, a lo que Maduro contestó con un contundente «si quieren violencia lo que podemos hacer es radicalizar la revolución». Ante el asalto a consultorios médicos cubanos, el presidente electo explicó que nadie va a cambiar la profunda relación bilateral y aseguró que «por cada uno que destruyan construiremos tres». Maduro insistió en que ha ganado de forma justa y con apego a la Constitución pese a la «guerra eléctrica, económica y electrónica», por lo que no le preocupa que Estados Unidos no lo reconozca como presidente legítimo. También anunció su presencia en la cumbre de presidentes de la Unasur que se celebró anoche en Lima y que valoraba la situación en el país petrolero.

Por otra parte, tras la interposición de la impugnación oficial ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) por parte del antichavismo, Jorge Rodríguez, jefe del comando de la campaña oficialista, exigió ayer la presentación de pruebas reales. «No existe ni un sólo registro, ni un solo vídeo, ni una sola acta. Él (Henrique Capriles) debe saber que cualquier contingencia debe ser registrada», dijo.

La cuestionada presidenta del CNE, Tibisay Lucena, reconoció a los trabajadores del organismo que la protesta «es un derecho constitucional, es el derecho de unos ciudadanos cuyas voluntades también contamos y cuyos derechos también debemos garantizar». El exautobusero elegido por el fallecido Hugo Chávez para sucederle, el «presidente obrero» le llaman, lo mismo amenaza que invita a los empresarios a trabajar juntos siempre que sea para «construir el socialismo bolivariano».