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La irrupción de Patxi López y Madina en el debate sucesorio desborda al PSOE
Rubalcaba asegura que si no le quieren se irá «con enorme alegría», pero no sin antes culminar el proyecto para el que fue elegido
MADRID. Actualizado: GuardarNo hay paz para Alfredo Pérez Rubalcaba ni ocasión de colocar su discurso. La misma semana en la que creía haber ganado enteros con su propuesta fiscal para apretar las tuercas a los ricos, el secretario general del PSOE se ha vuelto a enfrentar a la evidencia de que el debate sucesorio sigue vivo. Ahora, gira con fuerza en torno a dos nombres ya conocidos, los de Patxi López y Eduardo Madina. Pero en el propio entorno del máximo responsable del partido advierten de que llegado el momento puede haber más.
En puridad, las cosas han cambiado poco desde la crisis de Ponferrada. Entonces, Rubalcaba logró pasar página, con la ayuda de un José Antonio Griñán partidario de retrasar cuanto sea posible los procesos de elección interna, gracias fundamentalmente a que la desazón de los secretarios regionales no se tradujo en una acción conjunta para forzar el adelanto de las primarias o un congreso extraordinario.
La novedad está en que algunos dirigentes han decidido dar publicidad y, en cierto modo, amplificar movimientos que llevaban meses produciéndose entre bambalinas. Y en un partido claramente dividido desde el congreso de Sevilla, y con la sensibilidad a flor de piel, eso significa encender una mecha imparable. La difusión de las intenciones de López para sortear unas primarias, ser nombrado secretario general en un congreso extraordinario -donde tendría más oportunidades- y erigirse en candidato a la Presidencia del Gobierno por aclamación hirieron muchas susceptibilidades. Y quienes llevaban tiempo convenciendo a Eduardo Madina para dar el salto cuando llegue la hora, se apresuraron a elevar la voz. Todo sin nombres y a través de los medios de comunicación.
En la dirección del partido cunde la desesperación. El propio Rubalcaba lo hizo ver en una entrevista en Telecinco en la que también marcó distancias de quien muchos consideran su apuesta personal: el exlehendakari. Insistió en que habrá unas primarias abiertas. Y no descartó presentarse, lo que avalaría la tesis de su entorno más cercano de que Patxi López ha actuado a sus espaldas. Pero, sobre todo, trató de cerrar el debate. «Diría algo a los militantes -apuntó-: hay que discutir de todo, pero el problema de España no está en el candidato socialista». «Tiempo habrá -dijo en otro momento- de ver si hay bicefalia o no hay bicefalia».
Su tono fue firme. Pero tampoco ocultó que todo este ruido empieza a hacer mella en él. Mantiene su calendario, que pasa por celebrar en octubre una gran Conferencia Política para renovar el ideario del partido y celebrar primarias. Sin embargo, dejó claro que hay momentos en los que el líderazgo le pesa y trasladó la idea de que lo que le mantiene al timón es su sentido de responsabilidad hacia el partido. «Si quieren que siga seguiré y si no me iré con enorme alegría», dijo.
De momento, sigue contando con el cortafuegos del PSOE andaluz que, pese a tener en su cúpula a muchos de quienes apostaron por Carme Chacón en Sevilla, no quieren oír hablar de primarias ni nada que se parezca. La consejera de Presidencia de Griñán, Susana Díaz, se apresuró a defender ayer que lo que toca en este momento es hacer «piña» con el secretario general.
Ambiente caliente
Aun así, no todos los partidarios de seguir la hoja de ruta marcada creen sea posible contener la presión. «La gente en las agrupaciones está mucho más caliente de lo que yo pensaba y lo preocupante es que identifican a Rubalcaba con el problema del PSOE, de manera quizá injusta», dice un secretario regional.
Chacón, mientras, sonríe y no oculta su felicidad. De hecho, calificó de «muy positivo» el que haya aflorado la opción de Madina. En su entorno dan por hecho que ya no se presentará y que el joven político vasco, de 36 años, es su opción. Lo es, desde luego, de buena parte de quienes se volcaron a favor de la política catalana hace algo más de un año, pero no de todos. Cuenta, por ejemplo, con el respaldo de José Luis Rodríguez Zapatero. Pero también le ven con buenos ojos algunos de los que se inclinaron por Rubalcaba, como el extremeño Guillermo Fernández Vara.
En todo caso, aún hay carrera y pueden surgir nuevos jinetes. Aunque están centrados en las próximas autonómicas de Madrid y Castilla-La Mancha, aún hay quien señala a Tomás Gómez y Emiliano García-Page, y en la cantera quedan rostros frescos, aunque aún sin padrino, como los de Juan Moscoso o Pedro Sánchez.